Con una mirada al pasado, con la mente puesta en el presente, pero con paso firme hacia el futuro, la moda camina hacia un universo multidisciplinar con un concepto atemporal del diseño donde los clientes buscan una experiencia de compra consciente más cerca del siglo pasado que de la era de Instagram.
Con gusto exquisito por la artesanía y guiados por una apuesta en firme por el consumo responsable, Otrura presentó piezas en las que condensa diferentes patronajes, jugando con acabados y volúmenes, diseños de costura viva con los que reivindican el trabajo de los talleres artesanos. Llaman la atención las pinzas en pantalones a la altura de la rodilla para otorgarle más movimiento y abrigos reversibles de costuras encanilladas abiertas. Sergio Lázaro, alma creativa de la firma y Verónica Abián, señalaron que hay una generación de veinteañeros que apuesta por “la forma de consumo de nuestros abuelos, pocas prendas y de calidad”. En la misma línea se manifestó Pablo Erroz, que añade que la moda se encuentra en un proceso de evolución natural, por un creador que apuesta por prendas atemporales, no sujeta al género ni a la estación. “La moda es un instrumento de libertad y los clientes buscan experiencias y la trazabilidad de la prenda”, dijo a Efe este jueves, mostrando una colección sostenible con chaquetas de lino y algodón de ikat que incorporan NFC, “el pasaporte de las prendas” (una tecnología inalámbrica en la etiqueta que muestra cómo está confeccionada y de dónde proviene). Líneas rectas, pero sofisticadas definen la nueva colección de Fernando Claro, firma española con 35 años de experiencia en la costura a medida. “La gente tiene ganas de eventos, de ponerse guapa, de comprarse un vestido”, dijo Claro. Maya Hansen, tras varias ediciones ausente, ha vuelto a la pasarela madrileña con una colección elegante a la par que transgresora, en la que el mítico corsé de la casa se reinventa con vinilos y neoprenos. Una jornada que como el pasado mes de septiembre ha contado con las medidas de seguridad que conllevan la reducción de aforo al 24% de su capacidad. Antes de acceder: desinfección de calzado, limpieza de manos, control de temperatura, mascarilla obligatoria -se entrega gratuitamente un modelo FFP2-, distancia de seguridad en todo momento y en la sala de desfiles con distancia entre personas de 1,5 metros y renovación del aire. EFE
CAMBIO. Un viaje en el tiempo se ve en las pasarelas, donde la moda del pasado pisa fuerte, pero con toques futuristas y definidos.
Para saber más
Hansen fundó su firma en 2004 y dos años después se especializó en corsetería en 2006, volcando toda la atención en el corsé, pieza que ha distribuido por España, Reino Unido, Estados Unidos, Japón, Suiza, Francia, Países Bajos, además de convertirse en una prenda adorada por divas de la música como Lady Gaga o Shakira.
La diseñadora, con gran capacidad de resiliencia, ofrece una colección en la que priman los tejidos futuristas y las prendas clásicas, una combinación que ha alumbrado el renacer de la firma que confecciona en talleres de proximidad. “Veníamos de una situación mala y con la pandemia nos hemos volcado en hacer mascarillas, complemento que no ha salvado el año”, dijo esta creadora que considera que la moda camina en dos direcciones: “El diseño de autor y complementos”.