Los restos de la víctima muestran que fue ejecutada a quemarropa, con un disparo de arma de fuego en la cabeza y las manos cortadas, además de signos de torturas en diferentes partes del cuerpo.
Se trata de Emilio García Paredes (31), que fue raptado de su casa y posteriormente hallado muerto en Brasil, con una nota en la que los llamados justicieros se adjudican el crimen y advierten sobre no robar en la zona.
El rapto se registró alrededor de las 18.00 del viernes, del interior de una vivienda ubicada en el asentamiento Pua Pyhu, de Pedro Juan Caballero.
Desde entonces no se supo más de García Paredes hasta ayer, cuando su cuerpo fue hallado por la Policía Militar de Brasil en Ponta Porá, Brasil, camino a Zanja Pytã.
El cadáver del albañil estaba atado de pies y manos y, al lado, una nota, la cual decía: “Justicieros de la Frontera. No robar en la frontera. Solo el comienzo, vamos por cada uno”.
Esta no es la primera vez que el grupo, autodenominado Justicieros de la Frontera, se hace responsable de un crimen similar, en el que toman la justicia por manos propias en el ajusticiamiento de personas relacionadas con hechos delictivos cometidos en la zona fronteriza.
Las primeras apariciones de los Justicieros de la Frontera datan del año 2014, cuando fue encontrado el cuerpo de un supuesto asaltante con dos impactos de bala en la cabeza y la mano derecha amputada.