Juan Manuel y Nerina Curbelo son pareja, orientadores, profesores de filosofía y licenciados en teología. Cada tanto visitan Paraguay para brindar conferencias y ayudar a las parejas. Ellos se conocieron cuando tenían 15 y 16 años, respectivamente.
“Éramos muy chicos y estudiábamos en el mismo colegio. Nos vimos por primera vez en un torneo de competencias de educación física. Fue una conexión muy fuerte desde el primer momento que nos vimos. Nos pusimos de novios después de 6 meses de amistad y de conocernos”, comenta Nerina.
Cuando terminaron la secundaria planearon casarse al mes siguiente para estar listos como matrimonio para mudarse a Buenos Aires y estudiar en la facultad. “En ese entonces vivíamos en Santa Fe. Dios cambió nuestras vidas realmente. Recibimos un fuerte llamado a prepararnos para servir a Dios y nos fuimos a un Seminario Internacional Teológico en Buenos Aires. Allí estudiamos, nos recibimos y nos mudamos a Mendoza”, recuerda la esposa.
La misma comenta que varias dificultades los entrenaron para aprender a superarse, crecer juntos, comprenderse el uno al otro y respetar las diferencias de criterios.
“Cada dificultad en el camino nos metía en una encrucijada que requería hacer un parate y replantear cómo seguir. Pero en medio de diferentes dificultades que atravesamos de índole económico, salud, desánimos, problemas con los hijos, de incomprensión del otro, siempre fue bajo una fuerte convicción: Nos amamos y vamos a resolver cueste lo que cueste y no sólo eso, sino que vamos a vivir cada día enamorados”, destaca.
“Decidimos vivir bien, que nada nos incomode. Estas dificultades nos enseñaron a que siempre se puede salir adelante de cualquier crisis y que es cuestión de rodearse de la gente correcta que aportan el consejo y la mentoría necesaria para seguir ”, explica.
La pareja insiste que todos necesitan ese alguien que extienda la mano y de herramientas prácticas para la convivencia diaria. De ahí surge la pasión de ambos por ayudar a otras parejas, que a menudo sienten que se les acaba el mundo cuando con un poco de luz que otro arroje a la situación se puede seguir.
Descendencia
Juan Manuel y Nerina fueron papás muy jóvenes y pronto serán abuelos. Tienen 4 hijos, Emanuel (24), quien estudia Licenciatura en Relaciones Internacionales; Nicolás (23), quien vive en Asunción y está finalizando la carrera de Ingeniería Comercial. “Él está casado con Florencia y pronto serán papás de una nena que nos hará estrenar el título de abuelos”, comentan emocionados.
El tercer hijo es Miqueas (19) y es estudiante de Teología en California y la cuarta hija es Gianella de 16 años, que es estudiante en secundaria.
ASPECTOS PARA MANTENER UNA RELACIÓN EXITOSA
1. Comunicación profunda en la pareja.
No la superficial, sino esa comunicación asertiva, libre de agresividad. Lograr comunicar al otro los sentimientos más profundos.
2. Decidir amarse.
Esto se alcanza aplicando hábitos como saludarse al levantarse, ir a la cama juntos, compartir hobbies y tener metas en común.
3. Admirarse el uno al otro.
La relación se fortalece mutuamente cuando el hombre se siente admirado por su mujer y una mujer se siente amada por el hombre.
4. Pedir perdón y no guardar rencores.
Esto es la llave para destrabar los enojos. Aprender a perdonarse es la clave para sanar las heridas.
5. Cuidarse y defenderse.
Resguardar al otro da un sentido de protección y acentúa la valorización de la persona. Por ejemplo, defenderse frente a cualquier comentario descalificativo hacia el otro.
6. Creer y verbalizar el proyecto de familia.
Hay que declarar que el matrimonio es para toda la vida, que todo se puede resolver juntos.
6. Cultivar una fuerte intimidad y pasión.
Las parejas que tienen una buena intimidad sexual y apasionada logran resolver dificultades más fácilmente.
7. Profundo respeto por el otro.
Hay que abandonar la idea de cambiar al otro para que sea como yo quiero. Aprender que el otro piensa distinto, tiene diferentes gustos, criterios y prioridades.
8. Construir confianza.
Es fundamental erradicar los celos, el miedo al engaño y las actitudes controladoras. Será clave que ambos cultiven hábitos de fidelidad, evitar estar en espacios que pueden ser una tentación y ser transparentes con el tema de los chats por ejemplo,
9. Permitir que Dios sea el centro del hogar.
Dejar en las manos de Dios cada proyecto, cada problema, cada desafío.