“Uno se pasa buscando trabajo en la ciudad, pero no se consigue, y lastimosamente hasta para mantenerte en el bachiller ya tenés que trabajar”, dijo Liliana Guerreño, quien llegó desde Coronel Oviedo. La joven, acompañada por unos familiares, contó que llegó de Oviedo hasta el ramal de Piribebuy en bus y desde este punto acudió camino hasta el Santuario.
Explicó que en Oviedo y otras localidades aledañas escasean las oportunidades laborales, por lo que cada año le pide a la Virgen poder conseguir un puesto estable y así poder ayudar a su familia, además de pagar sus estudios.
Rubén Vallejos (22), quien también llegó hasta Caacupé desde Oviedo con el objetivo de pagar sus promesas, opinó que conseguir trabajo es toda una odisea para la juventud ovetense. “Los jóvenes somos los más afectados porque cuesta conseguir trabajo estable, lo que impide que uno pueda estudiar en la universidad”, lamentó.
Deuda. Para Sonia Cáceres, joven peregrinante de Carapeguá, una deuda pendiente por parte del Estado es brindar mayores oportunidades laborales y dar mayor protagonismo a las personas que culminan la secundaria en el país. Explicó que acceder a una educación de calidad es igual de difícil que conseguir un trabajo, por la falta de acceso a altas casas de estudios.
“Yo le pido a la Virgen para mi trabajo, pero hay que reconocer que el Gobierno también tiene una gran responsabilidad desde hace años”, argumentó sobre el tema Fabio Peña (22), quien llegó desde Sapucai, Departamento de Paraguarí.