Jesús, cura mi ceguera

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Hoy meditamos el Evangelio según San Marcos 8, 22-26. Llegó Jesús a Betsaida con sus discípulos, y enseguida le llevaron un ciego para que lo tocara.

El Señor tomó de la mano al ciego y lo sacó fuera de la aldea, y allí hizo lodo con saliva y lo puso en sus ojos; a continuación le impuso las manos y le preguntó si veía algo.

El ciego, alzando la mirada, dijo: Veo a los hombres como árboles que andan. Y después de imponerle de nuevo las manos, el ciego comenzó a ver, de manera que veía con claridad todas las cosas.

Lo sucedido con este hombre ciego para las cosas materiales nos puede servir para considerar la ceguera espiritual; con frecuencia nos encontramos a muchos ciegos espirituales que no ven lo esencial: el rostro de Cristo, presente en la vida del mundo.

Los apóstoles alertaron a quienes se convertían a la fe para que vivieran la doctrina y la moral de Cristo, en un ambiente pagano bastante parecido al que en estos tiempos nos rodea.

Si alguno no luchara de una manera decidida sería arrastrado por ese clima de materialismo y de permisivismo. Incluso en los países de honda tradición cristiana es patente cómo se han extendido modos de vivir y de pensar en oposición abierta con las exigencias morales de la fe cristiana y hasta de la misma ley natural.

Pidamos al Señor una delicada conciencia para apartar con firmeza, sin titubeos, lo que nos separe de Él o enfríe nuestro afán de seguirle.

El papa Francisco, a propósito de la lectura de hoy, dijo: “¿Qué sería de nosotros si no cuidáramos nuestros ojos? ¿Cómo podríamos avanzar?

Mi esperanza es que, en esta semana, cada uno de nosotros se deje interpelar por esta pregunta provocadora. La juventud es el ventanal por el que entra el futuro en el mundo.

Nuestra generación se mostrará a la altura de la promesa que hay en cada joven cuando sepa… dejarle en herencia un mundo que corresponda a la medida de la vida humana; despertar en él las mejores potencialidades para ser protagonista de su propio porvenir, y corresponsable del destino de todos”.

(Frases extractadas de http://www.homiletica.org/francisfernandez/franciscofernandez0600.htm y http://es.catholic.net/op/articulos/48742/www.messt.org#modal)

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