01 nov. 2025

Inseguridad, la otra pandemia que también debe ser enfrentada

Es impresionante la cantidad de casos de asaltos, robos, agresiones y asesinatos que se vienen registrando en distintas regiones del país, marcando un alto recrudecimiento de la violencia y de la inseguridad ciudadanas en el marco de la pandemia del coronavirus. Según los analistas, la crisis económica y las dificultades de subsistencia, entre otros factores, tienen efectos concretos en el aumento de la delincuencia. Las autoridades ni siquiera tienen argumentos nuevos, ya que el subcomandante de la Policía sostiene que la “sensación de inseguridad” se debe a los medios de comunicación, repitiendo justificaciones clásicas de antiguos ministros del Interior. Es necesario reaccionar, implementando más programas de prevención con participación comunitaria y una acción de mayor control en las calles, buscando además reducir los casos de corrupción policial.

Junto al gran aumento de casos de contagios y fallecimientos por el Covid-19 que están ocurriendo en el país, en las últimas semanas también se incrementaron notablemente los episodios de asaltos ocasionados por ladrones en motos en las calles, de robos en domicilios y en locales comerciales, incluyendo situaciones de agresiones físicas violentas y asesinatos, marcando una creciente etapa de preocupante inseguridad que aqueja a la ciudadanía.

Son diversos los factores que inciden en el aumento de la violencia criminal y de la inseguridad ciudadana, pero la mayoría de los analistas coinciden en que la falta de oportunidades de trabajo y de la actividades económicas lícitas que se impusieron a raíz de la pandemia del coronavirus tiene una fuerte incidencia en esta situación.

Hay mucha gente que ha perdido su trabajo o sus fuentes de ingresos con alguna actividad informal, como las ventas callejeras, principalmente en los sectores sociales más vulnerables, debido a las restricciones sanitarias impuestas por el Gobierno, ante la amenaza del Covid-19, por lo cual muchas de estas personas han optado por dedicarse a las acciones ilegales.

“Son varios los elementos que hacen que las personas recurran a la actividad ilícita como estrategia de supervivencia, debido a que no existe una contención estatal para la población más golpeada ni hay programas adecuados de reinserción social”, destaca el abogado Juan Martens, experto en criminalística.

Según una encuesta contenida en el Atlas de la Violencia e Inseguridad en Paraguay, más de la mitad de la población ya ha sido víctima de la delincuencia criminal y solamente cuatro de cada diez afectados deciden denunciar el hecho, por no tener confianza en la Policía, ni en la Fiscalía, ni en el Poder Judicial, por considerar que están muy afectadas por la corrupción y no cumplen debidamente su función.

Esta es la situación que constituye actualmente la denominada “otra pandemia” que necesita ser enfrentada y superada con más éxitos que la pandemia del coronavirus. Lamentablemente, las autoridades encargadas, en lugar de reconocer la situación y plantear respuestas con eficacia, optan por buscar justificaciones trilladas, como la que ha brindado el subcomandante de la Policía Nacional, comisario Víctor Balbuena, al sostener que solo existe “una sensación de inseguridad” generada por los medios de comunicación, al poner en primer plano los casos de asaltos y robos, repitiendo un discurso ya gastado, como el que había hecho hace más de una década el entonces ministro del Interior, Rogelio Benítez, durante la administración del presidente Nicanor Duarte Frutos, cuando aseguró que no existía una inseguridad real, sino solamente “una percepción de inseguridad” generada por los medios de comunicación para desacreditar al Gobierno, respuesta que generó todo tipo de burlas en la población.

La actual inseguridad es real y debe ser enfrentada con voluntad política y eficiencia. Es necesario reaccionar, implementando más programas de prevención con participación comunitaria y una acción de mayor control en las calles, buscando además reducir los casos de corrupción policial.