La embajadora de EEUU ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, la mujer más prominente del gobierno de Donald Trump, sorprendió ayer al anunciar su renuncia.
El mandatario y la política republicana dieron la noticia frente a periodistas en el Salón Oval de la Casa Blanca, sin dar explicaciones sobre los motivos y sin revelar el nombre del sucesor. “Hizo un trabajo fantástico”, dijo Trump sobre Haley, quien se sumó a su gobierno desde sus inicios en enero de 2017. “Me dijo hace unos 6 meses (...) que quería tomarse un descanso”, agregó, sin descartar su regreso en algún momento, quizás en otro cargo. “Fue muy especial para mí”, subrayó, después de haberla llamado mi amiga en Twitter.
Haley, de 46 años, uno de los miembros más populares de la administración Trump, negó inmediatamente tener ambiciones presidenciales.
“No, no me postularé para 2020”, dijo tras destacar el honor que ha significado para ella estar en la ONU. “Espero poder apoyar al presidente en las próximas elecciones”.
Al conocerse la noticia, algunos observadores especulaban con que Haley buscaba cortar todo lazo con Trump para disputar un cargo en el futuro próximo. “Es muy importante que los funcionarios entiendan cuándo es momento de retirarse. He dado todo estos últimos 8 años y creo que a veces es bueno rotar”, dijo Haley, quien antes de sumarse al gobierno de Trump fue la primera mujer gobernadora de Carolina del Sur. Haley es la última renuncia en una turbulenta Casa Blanca, donde en menos de dos años Pompeo es ya el segundo secretario de Estado y John Bolton, el tercer asesor de seguridad nacional. AFP