El Viernes Santo se vivió en el país con religiosidad y el cumplimiento de varios rituales y gestos de devoción. Desde la visita de las 7 Iglesias; la visita a los muertos; la adoración de la cruz, conocida como tupãitu; y la tradicional celebración del Yvága Rape, una procesión que rinde homenaje a la Virgen de la Dolorosa de Tañarandy, realizado por los estacioneros, marcaron esta jornada.