Mientras que parte del empresariado avizora un futuro cercano de más movimiento económico, una economista prefiere inclinarse hacia el escepticismo, argumentando que aún es prematuro asegurar que ya estamos en una “senda pavimentada”.
Yan Speranza, titular del Club de Ejecutivos del Paraguay, refirió, como pulso de las expectativas optimistas del sector, que hay resultados preliminares de una encuesta a sus socios, donde el 70% de los mismos mencionó que mantendrá o incrementará inversiones en equipamiento, capacitación e infraestructura en los próximos dos años.
“Efectivamente se empieza a sentir un mayor movimiento, particularmente desde la perspectiva de las ventas. Cuestiones como el Black Friday y la Final de la Sudamericana generan expectativas positivas”, sostuvo.
A su criterio, se espera que el factor climático acompañe a la etapa de siembra, ya que el año pasado se tuvo sequía y luego inundación al momento de la cosecha.
También agregó el elemento Brasil, con su paulatina recuperación, en un escenario regional convulsionado a nivel social.
Respecto del PGN 2020, dijo que causó satisfacción lo planteado por la Bicameral, que respetó los límites diseñados por Hacienda, pero que Diputados lo trató de forma atroz, por lo que se debe evitar una suba de salarios, lo que permitirá más recursos para inversiones.
Respecto de la situación regional, puntualizó que Paraguay debe aprovechar su mayor estabilidad para atraer inversiones y posicionar sus buenas cifras ante la mirada del capital.
OTRA VISIÓN. Desde una mirada distinta, la economista Gladys Benegas indicó que aún prevalecen ciertos factores que hacen débil todavía al repunte en el dinamismo.
“En primer lugar, el comercio no está dinamizado aún, y peor con la bajante del río, porque se genera una barrera para contemplar un mayor transporte de productos indispensables para el país, con el fin de cimentar el crecimiento”, destacó.
En segundo lugar, calificó que el dólar aún se mantiene muy alto en su cotización, en parte por la situación de las menores exportaciones que experimentaron rubros significativos para el Paraguay. Agregó a este ítem la coyuntura regional, que contribuye como factor inesperado a que sean bajas aún las expectativas de los tomadores de decisión: “La gente se vuelve muy conservadora y ve primero qué puede pasar”, dijo.
También hizo referencia a la complicada coyuntura chilena, cuyo mercado experimentó una depresión y sobre todo porque siempre fueron buenos clientes del sector cárnico nacional; además de que Argentina tiene también sus altibajos y no se recupera. “No solo debemos producir, sino también vender y no podremos seguir solo con la triangulación”, sostuvo.
Un tercer elemento fue puesto sobre la mesa por la economista: La aún pobre infraestructura, cuyas obras deben ejecutarse a un ritmo más constante y más ágil, porque no se ven concretados los nuevos proyectos; y la dinamización justamente viene por el lado de la manera continua en que se plasman las obras de infraestructura y se van empalmando una con otra, según destacó.