“La Argentina tiene que mirar para adelante. Que Macri se quede en la grieta, el resto de la Argentina tiene que abrazarse y seguir avanzando. Macri ya es parte de la historia”, sostuvo el candidato ante la prensa el día después del último debate electoral, en el que los dos principales candidatos mostraron una actitud más agresiva que en el de la semana anterior y se enzarzaron en varios puntos.
Fernández quiso restar peso a los intercambios que mantuvo con el presidente –en los que Macri le achacó su relación con los presuntos casos de corrupción cuando era jefe de Gabinete en los gobiernos kirchneristas (2003-2008) y este le devolvió acusaciones sobre sus empresas familiares– y aseguró que no pasa nada, aunque solicitó al líder del oficialista Juntos por el Cambio que no se enoje tras las elecciones. “Lo único que espero es que no se vuelva a enojar Macri y lo vuelva a llamar al Banco Central para que liberen el dólar, que fue lo que hizo la vez pasada. (...) Hay una denuncia penal que así lo dice”, destacó en relación a los resultados de las primarias del 11 de agosto, cuando la reacción de los mercados a la amplia victoria de Fernández provocó una fuerte devaluación del peso frente al dólar y caídas en la bolsa.
El compañero de fórmula de la ex presidenta Cristina Fernández (2007-2015) comparó la situación de Argentina con la de Ecuador y Chile, donde se produjeron fuertes revueltas sociales en los últimos días como protesta a las decisiones a sus respectivos gobiernos. “Lo que pasa en Ecuador, lo que pasa en Chile, lo que pasa en Argentina es lo mismo, son políticas diseñadas con el mismo criterio y la misma lógica, en algún momento la gente se siente mal porque el ajuste siempre lo hacen los mismos”, concluyó.
campaña. Macri y Fernández usarán las últimas 104 horas de campaña para alcanzar distintos objetivos electorales: El presidente, con la intención de llegar al balotaje de noviembre; el candidato de la oposición apuntará a ganar las elecciones sin sobresaltos e iniciar así la transición rumbo a la Casa Rosada, señalan los medios argentinos. Ambos trajinarán el interior del país para seducir a los votantes indecisos y a su vez forzar la polarización entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos. Ya protagonizaron los dos debates presidenciales, donde quedó en evidencia que tienen distintos proyectos políticos para enfrentar la crisis argentina.
Si bien Macri lució contento y conforme por el saldo del debate, fueron los ministros quienes se mostraron más exultantes por su desarrollo y coincidieron que el presidente se impuso con claridad. “Lo vi desencajado, agresivo, como si no se sintiera ganador”, contó Macri refiriéndose a Fernández. Macri también celebró con sus ministros el éxito que entiende significó la marcha del sábado.