20 abr. 2024

Evacuados urgen custodia policial a sus casas por temor a saqueos

A la de por sí dramática situación que deben soportar miles de familias ribereñas de tener que abandonar sus hábitat que se van inundando de manera progresiva, se suma el hecho de que sus casas quedan a merced de personas inescrupulosas que saquean todo lo que pueden de su estructura.

A medida que sube el nivel de las aguas del río Paraguay, desbordando también arroyos y canales, áreas extensas de los bañados Norte y Sur y de la Chacarita van convirtiéndose en núcleos fantasmas que favorecen la aparición de ladrones y rateros.

Desde tejas, vigas, puertas y hasta muebles que no pueden ser trasladados por los evacuados a las zonas altas de la ciudad son robados por gente que ingresa en horas de la noche a cometer el ilícito.

Ante esta situación, muchos damnificados reclaman la acción de la policía para que se realicen patrullajes en las zonas abandonadas, de manera a que sus viviendas y sus pertenencias sean protegidas para que puedan volver a encontrarlas, una vez que retroceda la crecida.

Rafael Armoa, poblador del Bañado Tacumbú que se mudó al refugio de la I División de Infantería (ex R. I. 14), indicó que “el daño que sufrimos con esta inundación ya es muy fuerte y si al volver encontramos que nos robaron nuestras puertas y techos, ya es demasiado y muy difícil de recuperar, porque somos personas humildes”.

Puntualizó que “las autoridades nacionales deberían ordenar que las fuerzas policiales recorran las zonas que quedan bajo agua para evitar que nuestras casas sean saqueadas”.

CRECIDA. La altura de nuestro principal afluente hídrico alcanzó en la víspera los 5,61 metros en el puerto de Asunción, lo que significa un aumento de 5 centímetros con relación al día anterior.

Según el reporte de la Dirección General de Gestión y Reducción de Riesgos y Desastres (Dggrrd) de la Comuna capitalina, un total de 1.512 familias ya fueron evacuadas de los bañados y de diversos sectores de la Chacarita, las cuales fueron instaladas en 62 refugios habilitados oficialmente por la institución municipal.

Otro aspecto que preocupa a los pobladores de la ribera asuncena es la gran cantidad de basura que arrastra la riada, mezclándose con efluentes cloacales que generan un ambiente insalubre en toda la costa, afectando por sobre todo a los numerosos niños y adultos mayores que se mantienen en los sitios que siguen sin inundarse.

Cada vez hay más casas rodeadas de agua, cuyos moradores ya esperan por un transporte que los mude.

Extremo. Rafael Armoa controla que no roben cosas de su casa inundada.