La estabilidad macroeconómica es una condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo a mediano y largo plazo. Este fue el mensaje que transmitió Axel van Trotsenburg, vicepresidente para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, durante su intervención en el seminario Retos y oportunidades para el desarrollo del Paraguay, organizado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y llevado a cabo ayer en el Instituto del Banco Central del Paraguay (IBCP).
El ejecutivo apuntó los desafíos existentes en inversión, infraestructura, educación, salud y protección social, para lo cual instó a no tener los números macroeconómicos únicamente como un “objetivo final”. Sugirió generar el debate sobre la efectividad de las regalías provenientes de la generación de energía eléctrica en Itaipú, ya que al terminar de pagar la deuda se va a contar con más recursos.
Marina Neves Biancalana, directora asociada de la calificadora internacional Standard & Poor’s, señaló por su parte las debilidades en corrupción percibidas, previsibilidad de las políticas, el elevado peso del agro en la estructura de la economía y la dependencia a factores climáticos, si bien destacó los avances obtenidos a nivel macroeconómico y en responsabilidad fiscal. “En el fortalecimiento institucional, hay espacio para avanzar y para que se llegue a un nivel como Chile o Portugal”, expresó.
Instó a desarrollar una economía más diversificada, que se vea menos afectada por los factores climáticos, los precios de commodities y el desenvolvimiento de los países vecinos, y que cuente con destinos de exportación más variados.
El ministro de Hacienda, Benigno López, sostuvo por su parte que se necesita mejorar el gasto público, recaudar más y tocar la base contributiva para incrementar la inversión destinada al desarrollo. Entre los desafíos, recordó que se necesita invertir USD 1.600 millones más por año en educación, para llegar al nivel deseado del 7% del producto interno bruto (PIB); USD 2.200 millones más por año en salud, para llegar al 6% del PIB; y cubrir los USD 25.000 millones de déficit en infraestructura.
“Nuestra baja presión tributaria es un impedimento para mayor bienestar de la población en general. (…) Esta reforma que tenemos, mal llamada reforma porque no estamos tocando ninguna tasa, estamos simplificando y fortaleciendo el impuesto así como es hoy, es el primer paso para ganarse la credibilidad del Gobierno y del Estado, para hacer una reforma real de cómo vamos a sostener las necesidades de los paraguayos en el futuro”, recalcó.
El presidente del BCP, José Cantero, dijo que el país tiene “turbinas” que se pueden desarrollar, especialmente en la industria, para llegar a una economía que crezca más.