Las manifestaciones que exigen la renuncia del cuestionado senador colorado Óscar González Daher completaron ayer su día 18. El legislador, imputado por cohecho pasivo agravado y tráfico de influencias en el caso de los audios que revelaron el esquema de manipulación de la Justicia, se resiste a dejar el cargo, y la ciudadanía continúa protestando en su contra en Luque.
De nuevo anoche una multitud se reunió en la Plaza Mariscal López y luego marchó hasta la casa del parlamentario colorado, reclamando la dimisión de González Daher, quien desde el jueves afronta otra investigación en su contra, esta vez por supuesto lavado de dinero, evasión y enriquecimiento ilícito a través de la empresa Príncipe de Savoia SA, cuyos accionistas son el senador y sus hijos.
Aidé Vera, una de las manifestantes que participa de los escraches desde el primer día, invitó una vez más ayer a la ciudadanía a sumarse a las protestas para tumbar a OGD. Recordó que el artículo 32 de la Constitución Nacional señala que “las personas tienen derecho a reunirse y a manifestarse pacíficamente, sin armas y con fines lícitos, sin necesidad de permiso”, y el artículo 138 “autoriza a los ciudadanos a resistir” a los usurpadores del poder como el legislador luqueño, a quien considera como uno de los “íconos de la corrupción” en Paraguay.
Décadas. Recordemos que el senador colorado ocupa un lugar en el Parlamento hace más de 20 años. Fue diputado y presidente de la Cámara Baja; y también titular del Congreso entre el 2010 y el 2011, época en la cual una investigación de ÚH reveló que evadía impuestos inmobiliarios.
González Daher fue además el primer legislador de la era democrática en ser expulsado del Senado el pasado 22 de diciembre, cuando sus colegas le aplicaron el artículo 201 de la Constitución, que habla de la pérdida de investidura por tráfico de influencias “fehacientemente comprobado”. En aquel entonces, estuvo en el centro del debate por sus tentáculos políticos en la justicia.
El parlamentario continúa en la mira por los audios filtrados que confirmaron el esquema de manipulación de la justicia que aparentemente encabezaba cuando fungía de presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados. Sin embargo, el legislador apenas estuvo fuera del Congreso un semestre, logró su reelección gracias al Partido Colorado y la lista sábana, ya que ocupaba el lugar número 5 para la Cámara de Senadores.