12 jun. 2025

Erico es oro puro

El famoso tricolor o Nacional querido ayer hizo una gran fiesta en la reapertura del bien llamado estadio Arsenio Erico.
Todo hermoso. Excepto un punto que en este lugar se remarcó cuando la remodelación del escenario era un proyecto u objetivo a cumplir.
En el suplemento deportivo del lunes 8 de enero de 2007 (página 11), bajo el título “El nombre de Erico no se toca”, se dio a conocer que el escenario de Independiente de Avellaneda, que se rehabilitará el año que viene, mantendrá la denominación (idéntica a la que lleva la cancha de Nacional) de los palcos pertenecientes a una platea histórica.
En ese espacio a las autoridades del club de barrio Obrero se hizo un reclamo-pedido-consejo. Hasta ese entonces, un frío cartel daba la bienvenida sobre el acceso de la calle Caballero. La señalización estuvo siempre sin luz, bajo un techito ridículo y en menor proporción que la propaganda de una casa de deportes –en el campo–, cuya identidad es idéntica al apodo de quien cuidó a la pelota más que sus extremidades.
Coincidencia o no, en esa semana se cambió el letrero, que hasta hoy cuenta en sus extremos con la publicidad de una gaseosa. Minúsculamente, con tipografía graciosa y en color amarillo (con fondo blanco, o sea cero estética), está el nombre del mejor futbolista de esta tierra.
No hace falta luego poner un aviso en Quinta y Caballero: “A 200 metros estadio fulano de tal”, sino en el mismo sitio, hay que ampliar la presentación, mejorarla. Considero que la palabra Arsenio Erico debe y merece estar escrita con letras de oro, y no escondida entre logotipos. O sea, si pasás sobre la otra vereda, no ves el cuadro –se trata de una reseña histórica del delantero– que se encuentra dentro del predio.
El hecho organizativamente desagradable representó la apertura de los portones –para todo público– recién a las 13.45 de un partido pactado a las 15.15. Era un día propicio para pasarlo en familia. Mucha gente –aficionados propios y de Guaraní– quedó esperando en el paseo central. Si se habilitaba el acceso a las 8 de la mañana, en la fiesta de Nacional, de Erico... de todos, ¿quién se hubiese opuesto?