15 jun. 2025

¿En serio me decís?

Por Esteban Aguirre Barrail- Director Ojo de Pez SA |

La otra noche me pasó algo refrescante. Tuve la oportunidad de conocer al doctor de la sinceridad. En realidad, es un estudiante de medicina, buen tipo y bien sincero que me dijo de frente su parecer sobre mi última columna. ¿Ubicás esos momentos en que conocés a alguien que es refrescantemente sincero? Esas personas que dicen lo que piensan y hacen lo que dicen. Me hizo pensar, es raro que algo que debería ser moneda común de nuestro día a día, como la sinceridad de nuestras palabras, te tome por sorpresa cuando se hace presente de una manera cruda.

La sinceridad no es algo que debemos esperar de los demás, es un valor que debemos vivir en carne propia todos los días, de manera a ser dignos de confianza, en síntesis, para ser mejores personas en líneas generales. Irónicamente para ser sincero se necesita tener mucho ?'tacto’’ y esto significa que cuando debemos decirle a una persona la verdad de lo que pensamos y esta verdad le va a incomodar, debemos utilizar las palabras, las expresiones correctas, ya que el primer propósito es ayudar y no ofender.

Sigo pensando que es extraño que decir la verdad de frente cuesta muchísimo más que tirar una mentira piadosa y sonreír con los dientes apretados.

Apliquemos un esquema de pirámide a este asunto de ser sinceros.

Imagínense pasar un día sin mentiritas blancas, ni una sola. Ni siquiera si tu señora se pasó el día cocinando y el resultado es un iracundo plato de especias que no “se hallan”, sabemos bien que el camino asfaltado a la hora de contestar "¿y qué te pareció la comida?”, es: “Huumm, interesantón está esto, ¿qué le pusiste?”. Por el otro lado, el camino empedrado y lleno de baches es el camino SINCERO, en donde respondés: “Creo que algo se murió en mi boca” (sinceridad cruda sin canela para ablandar el mensaje). El resultado: Tu esposa no te habla por una semana y vos terminás durmiendo con tu perro Gordinho en el sillón.

Decir la verdad es una cosa, ser absolutamente sinceros es otra. La sinceridad no da espacio para el tacto. Concluimos en que si no podés ser lo que sos, sé con sinceridad lo que podés y las cosas van a empezar a ir mejor. Ser sincero no es decir todo lo que se piensa, sino nunca decir lo contrario de lo que se piensa.