No solo entró en el primer intento, sino que lo hizo liderando la nómina de candidatos, con 213 de 240 puntos. ¿Cómo hizo? Primero, cuenta mucha disciplina: Ponerse un horario para estudiar todos los días, resignando incluso la salida con amigos. Lo segundo, es contar con el apoyo indeclinable de los padres así como de los amigos y compañeros de estudio. Dice que de chica tenía la intención de ser doctora en Medicina.
La pandemia se metió en medio, pero no alteró sus sueños. “Ser constante es lo difícil porque pese a que pasen cosas en la casa, a que haya problemas, aunque no entiendas algo; eso de sentarse a estudiar todos los días, tener un horario, no romper ese horario por más de que quieras ir a algún lugar con los amigos y cosas así, esa disciplina de sentarse a estudiar todos los días, creo que eso es lo más importante”, comparte.
Viviana es egresada del Centro Educativo Maristas San Pablo de Asunción. “Siempre dije que iba a ser doctora o veterinaria. La pandemia se puso nomás en el medio, con todos los factores económicos, pero por suerte se pudo dar, encontramos la forma”, señala al referir que como no hubo cursillo en la UNA tuvo que pagar uno privado.
Hija de un empleado público, la joven comenta que su padre tuvo que endeudarse para solventar su preparación. “Cada vez que me sentía mal, o que no podía más, estaban ellos ahí apoyándome, que sí se puede y que hay que ponerle ganas nomás”, cuenta sobre sus padres y amigos.
Mi sueño sería terminar la carrera en Paraguay y especializarme en otro país y después volver acá.
Viviana Díaz Torales,
ingresante de Medicina.