El Centro de Estudios Heñói procesó los datos de acreditaciones otorgadas para la importación de hortalizas por parte del Servicio de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas y reveló que los ingresos legales de los productos aumentaron 98,1% en volumen y 128% en valor.
Luis Rojas, miembro de la organización, informó que en el primer semestre se autorizaron importaciones por USD 22,8 millones, de los cuales la mitad corresponde solo a marzo y abril, con una diferencia de casi 300% respecto al mismo bimestre del año pasado (ver infografía).
El economista explicó que este comportamiento se debe a que quizás con la pandemia y los controles fronterizos, el contrabando mermó y el Gobierno tuvo que compensar la oferta de productos con un mayor otorgamiento de permisos para importar.
Su principal preocupación se centra en la situación de la producción local y la soberanía alimentaria. “Lo que es un hecho, con pandemia o sin pandemia, es que la dependencia alimentaria está aumentando, eso quiere decir que nuestros productores abastecen cada vez en menor proporción a nuestro mercado interno”, expresó.
Asimismo, teme que sea una tendencia, atendiendo a que en el país no hay un fortalecimiento de la producción interna que se refleje en volúmenes.
Restricciones. Desde hace aproximadamente dos meses, el Gobierno no otorga permisos de importación de productos sensibles como el tomate. Esta decisión, sumada a un menor contrabando contribuye a que los horticultores consigan mejores precios en el mercado. Es así que están vendiendo en promedio a G. 4.000 y G. 5.000 el kilo, en tanto que en agosto del 2019 recibían incluso menos de G. 3.000, lo que había motivado una gran movilización con cierre rutas.
“Nuevamente cuando se relaje el movimiento de frontera, el contrabando probablemente vuelva a incrementarse, pero el fenómeno que se está viendo es este incremento de la importación legal muy significativo”, insistió al respecto el investigador de Heñói.