15 nov. 2025

En comisarías hacen vaquitas para dar de comer a detenidos hacinados

En calabozos policiales del área Central están alrededor de 150 personas que deben ir a prisión y no son recibidas por causa del Covid-19 en las penitenciarías, generando una situación de riesgo.

Alrededor de 150 personas con orden de prisión preventiva están privadas de libertad en las comisarías y en los centros de detención policial en el área Central, varadas y hacinadas en precarios calabozos, ya que no pueden ser recibidas en las penitenciarías debido a la pandemia del Covid-19.

Esta situación hace que las 59 comisarías que comprenden el área, las 17 subcomisarías y los 10 puestos policiales estén abarrotados y con serios problemas para hacer frente a la situación.

Uno de los afectados por esta problemática es el comisario Jorge Miranda, jefe de la Comisaría 32ª de Posta Ybycuá, que tiene disponibles dos calabozos en la sede policial que administra. En los sitios no pueden estar más de cuatro personas, pero en la semana se tuvo que ingeniar para albergar a 17 hombres que cayeron por distintos delitos.

Además de la aglomeración de las personas y el riesgo que eso trae en estos tiempos de crisis sanitaria, el comisario Miranda asegura que lo más complicado es la falta de recursos para afrontar las cuestiones logísticas.

“Con los agentes de las comisarías hacemos vaquita para darles de comer fiambre con pan a las personas. También recibimos donaciones de parte de comerciantes de la zona, tanto en alimentos como en productos de limpieza para desinfectar los calabozos”, comenta.

Esta situación se repite en todos los centros policiales, pero en algunas localidades como Capiatá, Arroyo Seco y Luque están en situación más crítica, debido a la gente que tienen varada en sus comisarías.

“Hay una situación de hacinamiento en todas las comisarías y eso crea un drama a los jefes policiales, que deben hacer malabarismos para darles de comer y tratar de higienizar el lugar”, revela.

El uniformado admite que los hechos delictivos mermaron a raíz de las medidas de prevención que se tomaron para luchar contra el virus, pero que se siguen dando hechos que van de la mano con los castigos por incumplir el decreto de no circular por las calles.

Estos son los que menos tiempo se quedan, pero también ocupan lugar, ya que algunos no tienen forma de pagar la multa que se les impone, remarca el agente.

Departamento Judicial está al tope
El Departamento Judicial de la Policía, lugar donde pasan las personas que deben cumplir con prisión preventiva antes de ingresar a sus lugares de reclusión, también está con el mismo drama de superpoblación.
El sitio, que está ubicado frente a la Agrupación Especializada y está también en las inmediaciones de la cárcel de Tacumbú, fue en otro tiempo el edificio donde funcionaba el Correccional de Menores Panchito López, cerrado tras un incendio.
Actualmente son más de 130 detenidos que pasan los días y las noches en dos calabozos que, juntos, tienen capacidad solo para sesenta personas.
Debido a esta situación, al comenzar la crisis sanitaria, recibieron apoyo por parte del Ministerio de Justicia para la provisión de almuerzo y cena a los internos que son traídos de la cárcel de Tacumbú.