El sector empresarial manifestó su preocupación ante la abrupta devaluación que está sufriendo, sobre todo, el peso argentino frente al dólar, porque la caída del valor de esta moneda podría disparar el ingreso de mercaderías de contrabando a territorio paraguayo provenientes del país vecino, y agravar la situación de irregularidad actual.
Gustavo Volpe, presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), y Christian Cieplik, titular de la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu), indicaron durante el programa de ayer de La Lupa, que la situación se presenta bastante preocupante para los sectores de la industria y retail, porque nuevamente pulularán en las calles los productos que ingresan al país en forma irregular.
“Para mí lo más triste es que esos productos (de contrabando) son restos, que ya están a punto de vencer. Es como que desaguan hacia nuestro territorio los productos que ya les molesta, y sumado a eso está la diferencia cambiaria. O sea, que es como un estilo de vida (argentino), utilizarnos como destino final de lo que les molestar”, aseveró Cieplik.
El titular de la Capasu agregó que lo más grave es que se vuelven a falsificar en nuestro territorio las mercaderías que ingresan de manera ilegal al país con otros productos de menor calidad y de dudosa elaboración.
“La otra vez vimos en las noticias que un producto original es falsificado aquí con un producto de menor calidad, como fue el embasamiento de aceite que se descubrió en Villa Elisa. El producto estaba depositado en un tambor que no sabes para qué se usaba antes y cargaban el aceite en un envase ‘cue’ de otra cosa, le ponen una tapa y una marca, y lo venden así”, comentó durante el programa.
seguridad. Cieplik refirió que al impedir el contrabando y la falsificación de productos que ingresan ilegalmente al país, también se está velando por la seguridad alimentaria de los consumidores.
Alegó que la mayoría de las mercaderías ilegales no brindan seguridad en cuanto a la calidad, como fue el caso de los pollos ingresados desde el Brasil en el capot de un auto, sin respetar la cadena de frío.
“Son 2 millones de kilos que entran por semana desde el Brasil y que se comercian en puntos del interior del país, que no son atendidos por la industria nacional”, dijo.