Al cumplirse 45 años del golpe cívico-militar de 1976 “marcado por torturas, represión y desaparición de los detenidos, extracción de bebés nacidos en estado de detención y el exilio de muchísimos compatriotas”, resaltó el embajador Óscar Domingo Peppo, en la Embajada plantaron ayer un árbol como símbolo de memoria permanente. Particularmente sobre la desaparición forzada de al menos 30.000 personas durante la referida dictadura.
Las personas que tengan dudas sobre su identidad y hayan nacido entre 1975 y 1980 en Argentina pueden acercarse a la Embajada y a los consulados. Argentina promueve actualmente la candidatura del Museo Sitio de Memoria ESMA –un centro de detenciones y torturas– al Patrimonio Mundial de Unesco.