En medio de la crisis política por el acta bilateral sobre el uso de energía, el presidente Jair Bolsonaro dio este jueves luz verde a la privatización de Eletrobras, una de las joyas de la corona del Estado brasileño, en el marco del plan de venta de activos para sanear las cuentas públicas.
En un oficio enviado a la Comisión de Valores Mobiliarios de Brasil (CVM), el ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, comunicó que Bolsonaro “autorizó a que se profundicen estudios para que el proceso de desestatización de Eletrobras se dé a través de un aumento del capital social, mediante suscripción pública de acciones o de eventual empresa resultante del proceso de reestructuración”.
El comunicado explica que el proceso de privatización de la mayor generadora de energía de América Latina deberá recibir el aval del Congreso, sin dar más detalles.
El Gobierno brasileño está llevando cabo un ambicioso plan de privatizaciones y de recortes fiscales para sanear las cuentas públicas y recuperar la confianza de los inversores.
Esas medidas pretenden dar un impulso a una economía que después de dos años de recesión (2015-2016) creció apenas 1,1% en 2017 y 2018, con 12,8 millones de desocupados. Para el 2019, las expectativas no son alentadoras.
Según el Ministerio de Economía, Brasil cuenta con 134 empresas estatales, 88 de ellas consideradas filiales. Eletrobras, por su parte, tiene 30 subsidiarias.