De acuerdo con los datos oficiales, el río está registrando un crecimiento en su nivel. No obstante, según el sector naviero, está aún lejos de lo que se requiere para que las embarcaciones vuelvan a navegar sin necesidad de alijar sus cargas como lo están haciendo ahora en Pilar.
El río está actualmente en 0,03 por encima del cero en Asunción, luego de haber estado en 0,54 a fines de octubre pasado. Hasta ahora, la navegación se mantiene difícil tanto en el tramo sur como el norte del país, aunque en este último la Prefectura Naval ya elevó el calado a casi 8 pies y las embarcaciones ya pueden moverse con más cargas.
Sobre el repunte del cauce hídrico, el empresario naviero Guillermo Ehrecke dijo ayer que realmente “es una gota de agua en el océano”, teniendo en cuenta que está vinculado a las últimas lluvias caídas.
No obstante, consideró auspicioso que la restricción en el tramo norte subió de seis a siete y medio pies, aspecto que indica que ya se puede volver a navegar. Precisamente, el extremo estiaje en la zona Norte viene causando perjuicios y sobrecostos para el transporte de productos, como la llegada de combustible a Bolivia y las cargas de exportación de mineral de hierro del Brasil.
Asimismo, la Industria Nacional del Cemento (INC) se vio obligada a contratar camiones para poder trasladar materia prima (clínker) a la planta de Vallemí, a fin de poder seguir produciendo, debido a que fluvialmente era ya imposible acercar los insumos.
En el tramo sur, si bien no hubo corte de navegación, según los últimos informes, la mayor parte de las cargas de importación que están llegando realizan alije en el puerto de Pilar y solo llega una parte de las mercaderías hasta Villeta y solo algunas hasta puertos de Asunción.
Por otra parte, gremios industriales, empresariales y del sector naviero siguen reclamando que el Senado trate y sancione la ley de emergencia hidrológica, que tiene por objetivo disponer de los recursos para el pago de trabajos de dragado de los ríos Paraguay y Paraná.