06 may. 2025

El papable brasileño convence con su carisma y naturalidad

Por Kelly Velásquez, de AFP

ROMA - ITALIA

Vestido casi como un papa, con mitra dorada y casulla rosada, el papable brasileño, el cardenal Odilo Pedro Scherer, convenció el domingo durante la misa que ofreció en una magnífica iglesia romana con su don de palabra, su alegría y su sencillez.

El purpurado brasileño, de 63 años, arzobispo de São Paulo, acostumbrado a dirigirse a millones de fieles por manejar la diócesis más poblada del mundo, podría convertirse esta semana en el primer papa de América.

Y es que tiene muchos puntos para ser el sucesor de Benedicto XVI: mediático, espontáneo, políglota, sangre europea y corazón brasileño.

Cuando llega en procesión acompañado por 20 religiosos a San Andrés del Quirinal, la céntrica iglesia barroca que le asignaron como cardenal, una de las obras maestras de la arquitectura por su suntuosa cúpula dorada rodeada de ángeles, Don Odilo, como lo llaman en su país, está resplandeciente. “Creo que tiene muchas posibilidades de convertirse en papa”, sostiene Bianca, una joven brasileña que asiste a la misa con su hijo pequeño.

“Para mí se parece a Wojtyla (Juan Pablo II), tiene el mismo estilo, la misma fuerza. Ojalá que sea elegido”, sostiene otra joven italiana.

Más de doscientas personas, entre ellas numerosos italianos y periodistas, llenaban la pequeña sala elíptica del templo diseñado por Bernini, con sus columnas de mármol rosadas, casi como si se tratara de un ensayo general antes de pasar al trono de Pedro.

“Es un momento muy bello para la Iglesia, todas las iglesias de Roma están de fiesta por la presencia de los cardenales. Los invitamos a orar por el cónclave”, dijo el purpurado, sonriente, en perfecto italiano, tras saludar públicamente en portugués al embajador de Brasil ante la Santa Sede.

El cardenal, alineado con las posturas de Benedicto XVI contra la Teología de la Liberación, es, según la prensa italiana, el candidato de la influyente Curia Romana.

“Es domingo de Cuaresma, Dios es misericordioso con todos. Es tiempo de perdón, de reconciliación”, dice al explicar la parábola de San Lucas con tono claro y casi teatral.

“Queremos la paz. Sin reconciliación interior y social entre los pueblos y las culturas no puede haber un futuro de fraternidad y paz para la humanidad”, clama al concluir la homilía, que podría ser la última como cardenal.

La prensa italiana le adjudica al menos 30 votos de los 77 necesarios en el cónclave que comienza el martes y en el que participan 115 purpurados. El cardenal que conoce el engranaje interno del Vaticano tiene buenos amigos entre conservadores y progresistas.

UN CARDENAL CON IPHONE Y TWITTER

El cardenal brasileño Odilo Pedro Scherer ya está en Roma desde la semana pasada y sus fieles paulistas rezan para que no regrese.

En Brasil, la nación con más católicos del planeta, muchos sueñan con ver al arzobispo de São Paulo emerger de blanco en el balcón de la Basílica de San Pedro, convertido en el primer papa latinoamericano.

El cardenal de 63 años, que habla de política y gasta bromas en su cuenta de Twitter, es, dicen sus fieles, un candidato ideal para sacar a la Iglesia Católica de la crisis y renovarla. “Que nadie espere cosas espectaculares”, advirtió en su última misa antes de embarcar para Roma. “No imaginemos que la elección del papa sea una cuestión de políticas humanas”, agregó.

Los analistas tienen dificultades para etiquetar a Scherer, un hombre que escucha a Beethoven, pero también a Chico Buarque. Conservador en asuntos como las uniones de personas del mismo sexo, el aborto o las investigaciones con células madre, el cardenal brasileño es percibido como un religioso moderno y conectado con la realidad social de Brasil. Scherer, que a menudo se desplaza en metro y usa un iPhone 4S, tiene además buen sentido del humor. Es hijo de inmigrantes alemanes.