El papa Francisco destacó este domingo, durante la oración del Regina Caeli en el Vaticano, la beatificación de la española María de la Concepción Barrecheguren y García, celebrada en la Catedral de Granada el sábado ante unas 2.500 personas.
“Queridos hermanos y hermanas. Ayer se celebraron dos beatificaciones —celebró el Papa al final de la oración del Regina Caeli—. En Granada, España, fue beatificada la joven María de la Concepción Barrecheguren y García”, indicó.
Francisco recordó a los fieles congregados en la plaza San Pedro del Vaticano que la beata estuvo “postrada en cama por una grave enfermedad, sobrellevó sus sufrimientos con gran fortaleza espiritual, suscitando admiración y consuelo en todos”.
El Pontífice también mencionó la reciente beatificación de Jacinto Vera, el primer obispo de Uruguay, cuyo rito se organizó en el estadio Centenario de Montevideo.
“¡Un aplauso a los dos beatos!”, entonó.
La Archidiócesis de Granada celebró el sábado ante unas 2.500 personas el rito de beatificación de Conchita Barrecheguren, quien falleció en 1927 con 22 años y cuyo milagro por intercesión fue reconocido por la Iglesia en la curación de una niña de 16 meses en Alicante, donde aún reside la beneficiaria.
Concepción Barrecheguren y García nació en Granada (España), el 27 de noviembre de 1905 y murió allí el 13 de mayo de 1927.
Desde la infancia, manifestó salud precaria debido a una enterocolitis muy aguda y por ello, sus padres decidieron no dejarla asistir a ninguna escuela de la ciudad, convirtiéndose en sus educadores.
A muy temprana edad sintió la llamada a la vida religiosa, deseando convertirse en carmelita, pero no pudo debido a la enfermedad y murió a la edad de 22 años.
Asimismo, el papa Francisco destacó la beatificación de Jacinto Vera, el primer obispo de Uruguay, en el estadio Centenario de Montevideo.
“En Montevideo (Uruguay) fue beatificado el obispo Jacinto Vera, que vivió en el siglo XIX. Pastor solícito de su pueblo, dio testimonio del Evangelio con generoso celo misionero, favoreciendo la reconciliación social en el tenso clima de la guerra civil”, señaló el Pontífice a los fieles congregados en la Plaza San Pedro del Vaticano.
Con una multitudinaria misa llevada a cabo en el estadio Centenario de Montevideo, la Iglesia Católica de Uruguay celebró este sábado la beatificación de Jacinto Vera, primer obispo del país.
El acto contó con la participación de miles de personas que llegaron desde distintos puntos del país y se ubicaron en la tribuna Olímpica, debajo de la histórica Torre de los Homenajes.
Entre los participantes estuvieron allí el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y la vicepresidenta, Beatriz Argimón, además de los ex mandatarios Luis Alberto Lacalle Herrera (1990-1995) y José Mujica (2010-2015).
En mayo del 2015, el papa Francisco aprobó el decreto con el que se reconocieron las “virtudes heroicas” de Jacinto Vera.
Dos años y siete meses después reconoció un milagro que habilitó dicha beatificación. Este fue la curación de una niña de 14 años, quien sufrió una grave infección tras una operación.
Nacido a bordo de un barco en 1813 e hijo de padres originarios de las islas Canarias (España), Vera decidió a los 19 años iniciar los estudios eclesiásticos y enseguida se trasladó a Buenos Aires para estudiar en el colegio de los jesuitas.
El 14 de diciembre de 1859, asumió como vicario apostólico de Uruguay y tres años después sufrió el destierro por parte del Gobierno, motivo que lo llevó nuevamente a Buenos Aires.
Diez meses después retornó a Montevideo, en 1865 fue consagrado obispo y en 1879 asumió como primer obispo de Montevideo. Dos años después, el 6 de mayo de 1881, Jacinto Vera falleció durante una misión que llevaba a cabo en el departamento (provincia) de Maldonado.