Pocos se percataron de la avivada de Jorge Achucarro para el único gol. El cambio de frente de Óscar Gamarra fue fundamental. Son los beneficios que a veces conlleva cuando se improvisa o se saca de lo estrictamente táctico y planificado una jugada. Esta vez la inventiva le permitió sencillamente ganar el clásico.
Gustavo Costas, en la temática de pergeñar el dispositivo táctico en base a jugadores juveniles, le dio una lectura correcta al trámite del partido. Los pilares en que descansó su propuesta de juego fueron la anulación creativa de Mauricio Molina y la dinámica junto al anticipo de los futbolistas jóvenes. Esta actitud le permitió tener posesión de la pelota, marcar los tiempos del partido y asumir, consecuentemente, el protagonismo en el trámite.
La solidez de la juvenil dupla central integrada por Luis Cardozo y David Mendoza, la dinámica permanente de Hóbecker, Gamarra, Cristaldo y Godoy en el medio sector, le permitieron alimentar con harta frecuencia a los hombres en punta como Roberto Ovelar y Víctor Ferreira.
Acertada decisión de Gustavo Costas de incluir a Jorge Achucarro en el arranque del segundo tiempo. Cuando después ingresó Da Silva, se conformó la delantera titular. Desde ese momento quedó latente la posibilidad de reflejar en el marcador la superioridad que ejercía en el desarrollo de juego.
ATADO DE PIES Y MANOS. Olimpia se vio sorprendido cuando desde el inicio no pudo imponer su juego. El rival no le permitió. “Mao” Molina no pudo sacudirse de la marca que le impusieron todos los volantes de Cerro, Gamarra en especial. Como existe una hiperdependencia de Olimpia con respecto al jugador colombiano, el mediocampo franjeado careció de ideas. Divorciados del resto quedaron arriba García y Ledesma. La lesión de Ortiz complicó más el panorama.
Cuando ingresó Arriola ganó capacidad de juego en las pelotas aéreas. Pero no alcanzó. La dinámica del rival le hizo perder su identidad.
Pasaste exitosamente tu primer clásico grande, ¿verdad?
Estoy muy contento por eso. Me tuve fe siempre, como también en mis compañeros, y logramos derrotar a Olimpia en esta nueva historia del clásico.
Por lo que se pudo observar, no te temblaron las piernas.
Asumí esta gran responsabilidad con bastante tranquilidad y no la perdí en el momento de escuchar el fuerte aliento de la hinchada olimpista a su equipo. Pisé firme la cancha y no me dejé llevar por las emociones.
¿Por qué creés que le ganaron a Olimpia?
La respuesta más lógica es que Cerro Porteño fue mejor en todo momento. Ni el más fanático olimpista puede negar que fuimos superiores en esta jornada.
¿Ahora se puede considerar que ya sos una verdadera realidad?
Estoy en el comienzo de mi carrera. Creo que tengo mucho camino que recorrer todavía y con mayor cantidad de partidos iré mejorando en muchas cosas.
En Primera no perdiste ningún partido, ¿verdad?
Hasta ahora sigo invicto. Es una manera de decir, porque es el conjunto el que ha conseguido los triunfos en las tres oportunidades.