Más que una cuestión técnica, el mandatario pronunció un discurso netamente político ante el temor de que haya violencias, señalaron fuentes del Palacio. A comienzos de la semana, desde el oficialismo insistieron con el discurso de que hay un plan que busca desestabilizar, sin dar nombres. Apuntaron al sector del Frente Guasu y al efrainismo.
El temor del Gobierno se cristalizó con lo que sucede en Chile, donde una movilización multitudinaria hizo retroceder las pretensiones de Sebastián Piñera de aumentar el costo del metro para los chilenos. A este se suma la crisis en Ecuador y Perú.
Desde la Dirección General de Inteligencia de la Policía y la Secretaría de Inteligencia están haciendo un trabajo de análisis y de filtro de todos los datos que van recibiendo sobre la movilización. Con base en todo esto están armando el dispositivo de seguridad.
El principal temor que hay es que puedan aparecer infiltrados dentro de la Federación Nacional Campesina (FNC), con la intención de posicionarse detrás de esta causa y generar una inestabilidad política.
No descartan ninguna información, pero todas deben ser chequeadas para tener certeza, según dijeron. Desde el Ejecutivo señalan que todo es probable cuando hay gente que se quiere aprovechar.
La estrategia oficialista es jugar con anticipación a los posibles escenarios que se puedan generar en el marco de la movilización en donde se anuncian cierres de rutas en varios puntos del país.
El presidente de la República conversó este fin de semana con el ministro del Interior, Euclides Acevedo, para recibir un informe detallado de cómo avanza la protesta y como se está preparando la Policía.