Alrededor de sesenta importadores y comerciantes trabajan de manera coordinada con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) para abastecerse de los pequeños productores que están en plena cosecha, pero la papa y la cebolla de contrabando lograron posicionarse y las ventas de la producción nacional están cayendo.
“El contrabando hace que los compradores elijan la producción extranjera. Así nosotros no podemos ir a comprar la nacional, porque lo que compramos ayer, tenemos todavía”, lamentó el titular de la Asociación de Importadores y Comerciantes del Mercado de Abasto (Asicoma), Aldo Villarreal. Explicó que esta situación los llevó a pedir al ministro Emilio Fuster, Unidad Interinstitucional para la Prevención, Combate y Represión del Contrabando, redoblar los controles, sobre todo, vía fluvial. Si bien se realizan verificaciones en los centros de venta, Villarreal detalla que los comerciantes que venden productos de origen ilegal operan mediante un esquema para evadir las intervenciones y que por ese motivo lo ideal es “cortar de raíz” el problema mediante operativos en la frontera.
Por su parte, los vendedores del Abasto que trabajan con producción nacional compran en las fincas a G. 60.000 la bolsa de papa de primera calidad; a G. 40.000, la de segunda, en tanto que las más pequeñas se están comprando a G. 20.000 cada bolsa.