(…) Imitar a Jesús en su mansedumbre es la medicina para nuestros enfados, impaciencias y faltas de cordialidad y de comprensión. Ese espíritu sereno y acogedor nacerá y crecerá en nosotros en la medida que tengamos más presencia de Dios y consideremos con más frecuencia la vida de Nuestro Señor.
“Ojalá fuera tal tu compostura y tu conversación, que todos pudieran decir al verte o al oírte hablar: este lee la vida de Jesucristo”. Especialmente la contemplación de Jesús nos ayudará a no ser altivos y a no impacientarnos ante las contrariedades (…).
No cometamos el error de pensar que ese “mal carácter” nuestro, manifestado en ocasiones y circunstancias bien determinadas, depende de la forma de ser de quienes nos rodean. “La paz de nuestro espíritu no depende del buen carácter y benevolencia de los demás (…). El poder de superar nuestro mal carácter no depende de la perfección ajena, sino de nuestra virtud”.
El papa Francisco, a propósito de la lectura de hoy, dijo: “El yugo de Jesús es yugo de amor y, por tanto, garantía de descanso. A veces nos pesa la soledad de nuestras fatigas, y estamos tan cargados del yugo que ya no nos acordamos de haberlo recibido del Señor. Nos parece solamente nuestro y, por tanto, nos arrastramos como bueyes cansados en el campo árido, abrumados por la sensación de haber trabajado en vano, olvidando la plenitud del descanso vinculado indisolublemente a aquel que hizo la promesa.
Aprender de Jesús; mejor aún, aprender a ser como Jesús, manso y humilde; entrar en su mansedumbre y su humildad mediante la contemplación de su obrar. Poner nuestras iglesias y nuestros pueblos, a menudo aplastados por la dura pretensión del rendimiento bajo el suave yugo del Señor. Recordar que la identidad de la Iglesia de Jesús no está garantizada por el “fuego del cielo que consume”, sino por el secreto calor del Espíritu que “sana lo que sangra, dobla lo que es rígido, endereza lo que está torcido”. (Frases extractadas de http://www.homiletica.org/francisfernandez/franciscofernandez0024.htm y https://es.catholic.net/op/articulos/11728/cat/504/vengan-a-mi-todos-los-que-estan-fatigados.html#modal).