Richart González
VILLARRICA
Don Joel Oviedo, el humilde taxista de Villarrica que irrumpió el jueves pasado un acto donde estuvo el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, para rogar la provisión de medicamentos para su hermano Adalberto Oviedo de 64 años, quien está internado en el Hospital Regional de Villarrica, con cuadro de coronavirus, logró conmover a muchas personas que se identifican con su caso y el viacrucis que debe soportar ante las carencias en el sistema de salud.
Contó que las ayudas para la familia Oviedo no cesan, ya que gracias a la acción del humilde taxista, incluso personas de otros países se han contactado para enviar dinero, entre otras cosas que precisan en el hospital.
Si bien logró conseguir algunas ampollas de sedante que precisa su hermano después del despiste del presidente, es sabido que en el hospital los gastos son interminables y ahora pone en venta su taxi, para tratar de sostener la estadía de Adalberto en la Unidad de Cuidados Intensivos Respiratorios.
Gastos interminables
Don Joel y su familia utilizaron todos sus recursos para comprar medicamentos para su hermano y agradece a todos los de buena voluntad que se acercaron y contribuyeron para alivianar los gastos que demanda estar internado.
Oviedo trabaja de taxista desde hace más de 15 años en inmediaciones de la Terminal de Ómnibus de Villarrica y se levanta bien temprano para ganarse la vida.
Es un padre de familia trabajador, con lazos fuertes con sus seres queridos, con quienes está peleando esta batalla por Adalberto. Mencionó que debido a las cuentas que posee en dos farmacias, decidió poner a la venta su taxi, ya que se está quedando sin dinero, y a pesar de recibir la ayuda de la IV Región Sanitaria con la provisión de algunas dosis, Oviedo es consciente de que los gastos continuarán.
Comentó que tan solo en cuatro días de internación, ya gastaron más de G. 8 millones. Los interesados en realizar algún tipo de aporte o quienes quieran comprar el vehículo pueden llamar al (0982) 918-224 y comunicarse con don Joel.
Casos calcados como este son los que viven cientos de paraguayos día a día en la odisea por conseguir medicamentos e insumos para mantener a sus familiares internados en las salas de algún hospital. Entre tanto, Salud Pública argumenta que no hay dificultades de dinero ni de gestión, sino problemas en el origen para la importación por la alta demanda de fármacos sedantes en el mercado mundial. Pero lo cierto es que ante la carestía, cientos de familias deben hacer malabares para mantener a sus pacientes con vida.