Wilson Ferreira
El profesor Gregorio Cataldi Viedma lleva escritos un total de 111 libros y pese a la dificultad que tiene en la visión, sigue trabajando en lo que ama. Si bien como docente universitario lleva jubilado algunos años, va donde lo llamen para dar charlas y conferencias, movido solo por la intención de aportar algo para la construcción de una sociedad mejor y cristiana.
En el año 2000 edita su primer libro y a partir de allí no paró más, cuenta. Insta a los jóvenes a que se animen a escribir, aclarando que no es un rubro para ganar dinero. “Aquellos que quieran escribir que lo hagan, pero que no piensen que van a ganar dinero, no tenemos una cultura lectora. Que escriban historia, novela, que lo hagan y que se dejen guiar por lo que les llega en el pensamiento y después ya veremos”, menciona. Sus libros son reflexiones del vivir cotidiano como cristiano, como ciudadano y como paraguayo. Los libros en su mayoría plasman su visión de la sociedad paraguaya y en particular de Alto Paraná, de sus políticos y ciudadanos. Otras son textos cristianos y de carácter didáctico. De lo cotidiano se nutre su inspiración, que luego las convierte en libros. “Me inspiro en los hechos. Me interesa mucho la conducta del hombre paraguayo, nuestra forma de ser, entonces uno no necesita ser demasiado bocho para poder escribir. Uno se sienta media hora en la calle, ve lo que ocurre, después puede escribir un tomo si quiere de nuestras inconductas y sobre todo de nuestra chatura cívica, que es lo que me preocupa”, cuenta. Señala que con lo que escribe la intención es ayudar a cambiar y no ser tan chatos cívicamente. “Me inquieta, me preocupa la facilidad con que violamos las normas de tránsito, por ignorancia o por prepotentes”. Nació en Asunción el 9 de mayo de 1953 y en el año 1965 se instaló en Alto Paraná, en Presidente Franco, y de allí pasó a Ciudad del Este en la década de los 80. Está casado con Luz Marilda desde el 30 de marzo de 1978, con quien tiene dos hijos: Cristian Gregorio y Patricia Luján. Además de escribir sus reflexiones y haber ejercido la docencia universitaria, es misionero cristiano. Por consiguiente, asegura, su verdadero currículo es su certificado de bautismo. Es miembro fundador y por varios periodos presidente del Centro de Escritores del Alto Paraná, organización que hasta hace algunos días tenía una oficina en la Biblioteca Municipal. Escribir es su pasión y lo demostró con creces por la cantidad de libros escritos, muchos fueron presentados en actos, otros los lleva como un logro personal. CRISTIANO. Su reconocida labor, como cristiano y docente, le permitió sembrar el aprecio y el respeto de la comunidad esteña. De perfil muy bajo, avaro para hablar de sí mismo, pero siempre dispuesto a colaborar en todo lo que sea educación y signifique algún aporte para construir para mejorar nuestra sociedad. Colabora sirviendo ininterrumpidamente, desde 1987 en su comunidad parroquial San Lucas, de Ciudad del Este, iglesia a la que ama y respeta. Trabaja en catequizar a padres y padrinos de bautismo y confirmación; confirmación de adultos, “entre otras tareas pastorales asignadas por el señor cura párroco”. Siempre está dispuesto y atento a solicitud para impartir cursos de Desarrollo Personal y Liderazgo. Donde lo llaman, va: Escuelas, colegios, capillas, parroquias… Así las cosas, asegura, que pelea la dura batalla por crecer en sus compromisos cívicos y cristianos, pero consciente de sus humanas limitaciones y debilidades, no ignora que está todavía muy lejos de su ideal. “Es un compromiso cristiano. Me dieron tarea de dar catequesis prebautismal para padres y padrinos desde hace 31 años. Alguien me invitó, me fui y nunca más paré. Uno como cristiano, a pesar de nuestras limitaciones humanas, tiene que hacer algo. Una de las obras de misericordia espiritual es enseñar y eso no depende de lo que no pueda ganar o no, yo lo hago con gusto”, comenta. “Donde me piden voy, no para ganar plata, pienso que alguien necesita, por eso me llaman y entonces siempre estoy dispuesto para lo que pueda, pero ahora ya estoy un poco viejito, como dirían, pero sí, donde me llaman voy”, agregó. DOCENTE. Fue docente universitario desde 1997 hasta el año 2018, luego de padecer problemas de vista lo dejó de lado. “No es que no pueda leer, trasladarme es el problema, movilizarme”. Fue docente en la Universidad Nacional del Este (UNE), en las asignaturas Ética Médica I, (Medicina) y Relaciones Humanas y Públicas en las carreras de Administración y Contabilidad. Las mismas materias llevó en la Universidad Privada del Este (UPE). En Universidad Católica, Campus Alto Paraná, pasó por las facultades de Ciencias de la Salud, Ciencias Contables y Administrativas, Ciencias y Tecnología, siendo responsable de asignaturas como Administración y Mercadotecnia; carrera Química y Farmacia, Moral, Fundamental y Personal; Carrera Comercio Internacional y Arquitectura, Antropología Social y Cultural; carrera de Psicología. También enseñó en la Universidad Técnica de Comercialización y Desarrollo (UTCD) en las carreras de Ciencias Contables y Administrativas.