La señora Carolina Ferreira de Gorostiaga, abogada del senador liberal Dionisio Amarilla, fue beneficiada con el cargo de asesora en su oficina, con un salario de G. 8 millones, desde octubre pasado.
Ella admitió que incluso fue consultada por su jefe y al mismo tiempo cliente en relación al libelo contra Kattya González, siendo Amarilla el fiscal acusador y que terminó con la expulsión.
La funcionaria en cuestión, que en horario laboral trabaja también en una radio, se escudó en el secreto profesional para evitar dar detalles de su tarea con el senador.
Como antecedente, se puede mencionar que ejerció la defensa del liberal durante el proceso de su pérdida de investidura, que se concretó en el 2019, y también patrocinó otros casos del senador.
Desde la oposición, algunos senadores como Celeste Amarilla consideran que el caso de la funcionaria es calcado a lo ocurrido con Kattya y su asesora Soledad Blanco.
“Tengo 30 años de ejercicio en la profesión en el sector privado. Tengo una carrera profesional. Hace tres meses recibí la invitación del senador para forma parte de su equipo de trabajo”, refirió Ferreira, alegando que ocupa el cargo de asesora desde octubre con tres meses de contrato, fenecido ya en diciembre, pero aún no renovado.
“Yo le mencioné que no tenía disponibilidad para cumplir horario. Mi contrato es asesoría. Cobro honorarios profesionales”, dijo.
Al ser consultada si tenía el mismo contrato que Blanco, alegó que solamente podría hablar sobre su caso.
“No tengo marcación. Cada acto, cada acción de cada persona le corresponde a cada una. El senador tiene su trabajo específico de senador; yo hago el trabajo por contrato”, dijo y negó ser planillera.
“Acudo las veces que soy solicitada para acudir; también respondo consultas por teléfono; no tengo hora. No tengo horario tampoco en la radio; no me voy todos los días”, manifestó. “Vine con la condición de no cumplir horario. Mi contrato es por producto. Hay muchos funcionarios en esta Cámara con esta misma situación”, alegó la funcionaria.
“Desde octubre”, especificó sobre la fecha de su contrato. “Cobro por servicio; facturo 8 millones con IVA incluido; con bonificación. Es un monto fijo”, indicó a la prensa.
Al ser consultada sobre los dictámenes emitidos para el senador Amarilla respondió: “Justamente, en temas legales que se estuvieron tratando. Sobre lo que él necesita”.
“Tengo el secreto profesional por el cual me puedo amparar”, se escudó al ser insistida en el tema.
“Son productos públicos. Están todos entregados. Trabajé en consultas que el senador me hizo. La parte probatoria no trabajé”, acotó sobre el libelo contra Kattya.
“En este momento no tiene ningún caso judicial para que yo sea su abogada”, se limitó a señalar, alegando que patrocinó la denuncia que hicieron varias personas contra el presidente del PLRA.
“No hay ninguna incompatibilidad”, aseguró, admitiendo que es de público conocimiento que ejerció la defensa de Amarilla durante el proceso de pérdida de investidura. “Fue un hecho abusivo”, opinó, pero no se animó a hablar sobre si se dio lo mismo con Kattya.
“La pérdida de investidura la deciden los senadores. Ellos son los que votan. Nuestra opinión no es vinculante”, refirió la abogada.
“Si fuese un premio, me hubieran designado el primer día y me hubiesen dado un cargazo. Hubiese sido jefa de la bancada. Vine por un contrato de tres meses”, reiteró.
Insistió en que le asesora a Dionisio en todas las sesiones, y que su contrato fue firmado por el propio presidente del Congreso, Silvio Ovelar, y que todavía no se renovó.
calcado. “Tiene el mismo régimen que la señora Soledad Blanco, por el cual tanto escándalo armaron”, fue la comparación que hizo Celeste Amarilla, con relación a la situación de las funcionarias de Dionisio y Kattya.
Sostuvo que es la misma duda y el caso es calcado. “Tiene que perder la investidura (Dionisio) o Kattya tiene que volver, o tiene que declararse nula la expulsión de Kattya”, sentenció la senadora sobre el tema.