La historia del 1º de mayo tuvo su epicentro en la ciudad de Chicago (Estados Unidos), durante la huelga impulsada por la Federación Americana de Trabajadores, que reivindicaba la instalación de la jornada de 8 horas laborales.
El 3 de mayo, mientras se manifestaban frente a la fábrica McCornick, para protestar contra la empresa y contra los rompehuelgas, los trabajadores son reprimidos por la Policía, con un saldo de cuatros muertos y muchos heridos. La dirigencia de la Federación convoca a los trabajadores, para el día siguiente, para protestar por lo sucedido el día anterior. Durante este acto, cuando eran aproximadamente las 22, explotó una bomba dando muerte a ocho policías y otros tantos heridos. Albert Parsons August Spies, Michael Schwab, Samuel Fielden, Louis Lingg, Adolf Fischer, George Engel y Neebe, fueron detenidos y acusados de conspiración. Parsons, Spies, Engel y Fischer fueron ahorcados el 11 de noviembre de 1887; Ling se suicidó un día antes de esta fecha.
El 1º de mayo fue declarado Día Mundial de Lucha de los Trabajadores por el Congreso Socialista Internacional de París, en 1889, y empezó a conmemorarse en todo el mundo al año siguiente.