A poco de celebrar el Día de la Madre en Paraguay, hoy una familia abraza con más fuerza al pilar de sus vidas, tras la esperada alta médica pos-Covid-19.
Gerardo Lezcano y Amambay Ríos, esperaron por 40 días para reencontrarse con su mamá, Gloria Beatriz Lezcano de 50 años, quien es asmática e hipertensa. La mujer se contagió por un brote de coronavirus en su trabajo, que incluyéndola afectó a cuatro personas de una misma área. Gloria experimentó un cuadro grave y dos perdieron la batalla. En el camino, sus hijos iniciaron una rutina de voluntariado en la carpa de la Solidaridad del Ineram.
La familia pasó días difíciles; por un lado Amambay de 17 años, con su hermano Gerardo (28), montaron guardia esperando a su mamá. En tanto en casa el menor de la familia Juan Ríos (15) pasó por un cuadro de Covid-19, aislado, tratando de no contactar con el abuelo que reside en la misma casa. “Los vecinos se enteraron y se pusieron a disposición con alimentos y para que a mi hermano no le faltara nada”, comparte Gerardo.
Mientras, los hermanos en la espera también se sumaron a ayudar. Amambay cuenta que ya estaba familiarizada con la carpa, su tía Raquel fue una de las impulsoras del espacio solidario. Raquel inició la coordinación de donaciones, mientras aguardaba la recuperación de su madre, quien superó al Sars-Cov-2, pero partió por las secuelas.
Este Día de la Madre en la familia tiene mucha emoción, pero es un proceso en que deciden avanzar paso a paso. “El miedo de perderle a tu mamá, y estar ahí, y ver a otras personas que pierden a sus mamás, a sus hermanos, hace que hoy le cuidemos y valoremos mucho más de lo que ya le valoramos. A mamá le seguimos cuidando”, enfatiza Amambay. Para Gerardo, será una fecha muy especial. “Es una bendición muy grande poder compartir de nuevo con mamá en su día, después de estar más de 30 días internados, de los cuales dos semanas no supimos prácticamente nada de ella”, refiere.
En la familia el 15 de mayo coincide con el cumpleaños de la abuela, a quien despidieron hace dos años, las jornadas son desde ese entonces en su memoria, como una despedida que sigue doliendo, pero este año, la fecha toma un mayor significado con el regreso a casa de Gloria.