Día Internacional de la Mujer, jornada para ratificar derechos

El Día Internacional de la Mujer que celebramos en la fecha surgió en los inicios del siglo XX para hacer visibles los derechos de las mujeres. En esta ocasión se debe señalar que se mantienen las injustas brechas en el acceso al empleo, a los ingresos, educación y participación política. Además es justo mencionar la alarmante situación de la escalada de violencia contra las mujeres y los datos de feminicidio que impactan casi a diario. Que esta sea una jornada propicia para renovar el compromiso para la construcción de una sociedad igualitaria.

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La celebración del Día Internacional de la Mujer fue instituida hace más de cien años y es fruto de la lucha de movimientos de mujeres. La fecha se inspira en el denominado Woman’s Day, celebrado el último domingo del mes de febrero desde el año 1909 por las mujeres del Partido Socialista Norteamericano, quienes hacían campañas a favor del sufragio. Luego, la Asamblea de las Naciones Unidas en el año 1975 estableció el 8 de marzo como Día para los Derechos de la Mujer. La fecha es un legado de las mujeres sufragistas, socialistas, sindicalistas y obreras de Europa y Estados Unidos de principios del siglo XX.

En el mundo las mujeres junto con los niños son quienes más padecen las catástrofes y las situaciones de crisis.

En este día es oportuno recordar casos como el de las mujeres de Irán, que desde el año pasado vienen protestando contra las políticas patriarcales de la República Islámica, y soportando por ello una elevada cuota de persecuciones; o las de Afganistán, donde tras la toma del control del país por los talibanes prohibieron que las niñas asistieran a la escuela después del sexto grado, así como también vetaron la educación universitaria y el trabajo fuera del hogar. Estos son ejemplos de lo necesario que es tener un Día Internacional de la Mujer para reflexionar por todas aquellas que viven con los derechos básicos vulnerados.

Por otra parte, y de acuerdo con un informe del Banco Mundial, el ritmo de las reformas que apuntan a un trato igualitario de las mujeres ante la ley, cayó en su nivel más bajo en los últimos 20 años. Y dice el BM que esto constituye un obstáculo potencial para el crecimiento económico en un periodo crucial para la economía a nivel mundial.

El año pasado la puntuación promedio a nivel mundial en el índice de La Mujer, la Empresa y el Derecho fue de 77,1; dato que indicaba que, en promedio, las mujeres gozan apenas del 77% de los mismos derechos que tienen los hombres.

“Los gobiernos no se pueden dar el lujo de marginar a la mitad de su población. El hecho que las mujeres no tengan los mismos derechos que los hombres en gran parte del mundo no solo es injusto para ellas, también es un obstáculo que menoscaba la capacidad de los países para promover el desarrollo verde, resistente e inclusivo”, señaló Indermit Gill, economista en jefe del Grupo Banco Mundial.

Según el informe, en todo el mundo, casi 2.400 millones de mujeres en edad de trabajar todavía no tienen los mismos derechos; y sostienen que la reducción de la brecha de género en empleo podría incrementar el producto interno bruto per cápita a largo plazo en un promedio de casi un 20% en todos los países. Los estudios afirman que se estiman ganancias económicas globales, unos USD 5 billones, si las mujeres iniciaran y ampliaran negocios al mismo ritmo que los hombres.

En el Paraguay, al mismo tiempo que se fueron conquistando derechos, se notan sin embargo las brechas que afectan el acceso a la salud, la educación, al empleo y al salario igualitario, lo mismo que son decepcionantes los datos referentes a participación política.

La situación más grave y preocupante se da, sin embargo, en cuanto al imparable aumento de la violencia contra las mujeres.

Esto se hace visible con el dato del Instituto Nacional de Estadística (INE), de que el 78,5% de mujeres han sufrido algún tipo de violencia en algún momento de su vida; como también son muy graves los datos sobre feminicidio.

En este 8 de marzo se debe renovar el compromiso para la construcción de una sociedad igualitaria, en la que todos tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades.

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