Esto en el marco del Día de la Educación Católica, ocasión aprovechada por los educadores representantes de instituciones educativas católicas para comprometerse a ‘‘instalar la pedagogía del amor y la cultura de la paz’’.
“Recordemos que la pandemia causó estragos, no solo en lo económico, sino en todos los estamentos de la sociedad paraguaya. En el ámbito educativo dejó daños irreparables que no se dimensionaron y hasta hoy no fueron asumidos”, mencionó Escobar.
El responsable de la pastoral resaltó que la pandemia acrecentó la pobreza y las desigualdades entre los niños y jóvenes de comunidades urbanas y rurales, de escuelas oficiales, privadas y privadas subvencionadas, fueron muy notorias y graves.
En relación al uso de la tecnología, monseñor Escobar lamentó la ‘‘brecha importantísima’’ que generó impotencia y tristeza entre alumnos, docentes y padres de familia.
Destacó además que se necesita una urgente transformación que revalorice la familia como núcleo fundamental de la sociedad, y que la ‘Transformación Educativa’ debe concretizar el sueño de niños y jóvenes de acceder a la educación gratuita y de calidad.
Otros retos, como las desigualdades sociales que hoy debe enfrentar la educación paraguaya, son el acceso a la tecnología, un currículo desfasado y las capacitaciones a docentes para estar acordes a exigencias actuales, precisó.
Los docentes se comprometieron a promover una educación de la afectividad, que potencie la solidaridad hasta construir como hermanos la familia de los hijos de Dios y desarrollar la dimensión espiritual, para darle trascendencia y sentido radical a la vida.