El homenaje a los héroes de la patria debe mantenerse invariable en el transcurso del tiempo y de diversas maneras con una memoria viva sobre los hechos que posibilitaron la soberanía territorial y la identidad nacional.
Inculcar la lectura sobre nuestra historia para saber valorar los gestos de las batallas de las dos guerras pasadas es un buen primer paso del reconocimiento a aquellos héroes. Luego, esa valoración debe traducirse en acciones, especialmente de las autoridades, pero también de la ciudadanía en general.
En el caso de las autoridades, deben conservar los lugares históricos y su entorno en buenas condiciones. Los accesos deben estar aptos para su circulación para aquellos quienes quieran conocer lo que leyeron en los libros.
En este punto en particular, nos enfocaremos en Humaitá, que fuera un bastión contra los invasores en la Guerra de la Triple Alianza, en el Departamento de Ñeembucú. Este lugar que encierra mucha historia merece una especial atención.
El camino para acercarse al lugar es todavía de tierra y no facilita la buena circulación para los automóviles de menor porte. En tiempos de lluvia su acceso se vuelve mucho más difícil, excepto si se cuenta con una camioneta de todo terreno. Se impone la pavimentación asfáltica, una vía de todo tiempo habida cuenta la importancia que tuvo y tiene Humaitá para la patria.
Es necesario que las autoridades consideren todo lo que rodea a ese sitio y que le brinden su empeño para el mejoramiento de la entrada al lugar. De esa forma se facilitará, a los turistas y a la ciudadanía en general interesada, llegar hasta la zona.
Por otro lado, cuando hablamos de la ciudadanía, esta debe comportarse adecuadamente en los sitios históricos. En Humaitá visitantes dejaron con los años sus escritos en las paredes de las ruinas de la iglesia, algo inaceptable, por lo que miembros de la comunidad tuvieron mucho trabajo para limpiarla. Lamentablemente es un mal hábito de gente que concurre a los lugares históricos culturales. Se tiene que buscar la forma de sancionar este tipo de actos que atentan contra nuestros monumentos.
Los colegios, apenas inicien clases, igualmente deben promover las visitas a los sitios históricos en general para que los estudiantes puedan entender in situ en toda su expresión cómo se desarrollaron los hechos registrados en los textos.
Humaitá se ubica a 40 km al sur de Pilar y a 341 km al sur de Asunción. En el lugar se encuentran las ruinas de la iglesia San Carlos Borromeo, que en su época era uno de los templos más importantes de Sudamérica; los museos, las piezas de artillería, entre otros. El mariscal Francisco Solano López instaló allí su cuartel general durante la Guerra de la Triple Alianza para defender al país de los ejércitos de Brasil, Argentina y Uruguay. La defensa, considerada inexpugnable para los invasores, aguantó más de dos años. La campaña de Humaitá duró desde el 16 de abril de 1866 hasta el 5 de agosto de 1868.
Si bien el Gobierno invierte en el mejoramiento y ampliación de las principales rutas del país, el apoyo en la calidad de este ramal y de otros será de mucha relevancia.
Una interacción entre las autoridades municipales, del departamento y el MOPC sería lo más atinado para cuidar los accesos, como en el caso de Humaitá, que es un patrimonio de los paraguayos. Los caminos tienen gran trascendencia para la promoción del turismo y la cultura, por lo cual se les debe dar la importancia que merecen cuando se trata de llegar a este tipo de sitios. Así se podrá evitar que excursionistas retrocedan, cuando ya están a pocos kilómetros, por el mal estado de la ruta, como ya ocurrió con el citado distrito de Ñeembucú.