Todos estos datos nos llevan a suponer que hemos iniciado la etapa más complicada, y el Covid-19 está comenzando a mostrar su peor rostro; y parece inevitable vivir la terrible experiencia por la que ya pasaron otros países de la región y de Europa.
El Covid llegó incluso al Palacio de Gobierno y mantiene a un ministro del Ejecutivo internado, y a integrantes del Gabinete Militar en aislamiento; tampoco se ha salvado el Parlamento, en donde a cada día se informa de nuevos contagios entre los diputados, algunos de ellos incluso hasta ahora desconocidos para la ciudadanía.
Mientras tanto, nuestro endeble sistema de salud comienza a sentir los efectos de la arremetida del virus, y ya muestra las señales de que el colapso del sistema está muy cerca. Como ejemplo es digno de mención el caso del Hospital Nacional de Itauguá, que recibe pacientes de todo el país, y que actualmente se encuentra al tope y con sus camas todas ocupadas. No queda lugar, excepto en el bloque UTI, informaba la directora del nosocomio: “Y esto obedece a las bajas que se registran a diario, con un promedio que va de cuatro a cinco fallecimientos por día, desde que inició este aciago mes”.
Otro dato también preocupante es el hecho de que los pacientes llegan muy tarde a la consulta. Como explicó el titular de la XI Región Sanitaria, casi el 30% de los pacientes con Covid mueren antes de pisar la terapia intensiva; y esto sucede porque las personas llegan a la asistencia en muy mal estado.
Si bien el panorama se ve sombrío, los pronósticos se ven aun peores que la realidad actual. De mantenerse el actual ritmo de contagio, para el 30 de agosto el país puede llegar a quedarse sin camas de terapia intensiva. Para finales de setiembre se podrían tener un promedio de 53 muertes por día.
Estos datos, que sin dudas suenan devastadores, provienen de un estudio proyectivo sobre Paraguay, realizado por el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME, en inglés) de Washington, Estados Unidos. Interpretando estos números, una terapista del Hospital de Clínicas y Hospital General de San Lorenzo (Calle’i) afirma que, si todo sigue como hasta ahora, nos vamos a quedar sin camas en terapia; el 11 de setiembre va a ser nuestro pico de infección, con 13.000 casos activos, y el 27 de setiembre podemos tener a 53 personas muriendo por día.
Caer en el fatalismo no ayudará a superar este infortunado momento; por lo tanto, es más que necesario hacernos a la idea de que en las próximas semanas podemos cambiar el rumbo de nuestra historia.
La denominada “cuarentena social” no servirá de nada si la población no es capaz de hacer un esfuerzo supremo, y si es posible aún un mayor sacrificio, por el bien de cada uno, de sus familias y de la comunidad.
Este es el momento de asumir, hoy más que nunca, la responsabilidad de cuidarnos, de extremar las medidas preventivas. Quedémonos en casa todos quienes podamos hacerlo, pues, como bien han repetido los médicos, esta es una guerra que no se ganará en los hospitales.
La única manera de vencer al Covid-19 es la prevención y, sobre todo, actuando con responsabilidad social. Este es el momento que, desde marzo, cuando iniciamos la cuarentena, temíamos que llegara. Ante la emergencia de la situación debemos estar más alertas que nunca, extremar los cuidados, ser juiciosos y solidarios, porque ser solidarios y cuidarnos entre todos es la clave para superar este momento aciago.