“La mayoría de la producción de Johnson & Johnson no está en el lugar donde se ha producido la emergencia, grandes volúmenes de vacunas que siguen produciéndose en factorías de Países Bajos, Bélgica y otros lugares de EEUU”, señaló en rueda de prensa la responsable de productos sanitarios de la OMS, Mariângela Simão.
La experta de la OMS añadió que el incidente en la fábrica de Baltimore prueba que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) es estricta en la calidad y las buenas prácticas de las vacunas.
“Felicitamos a la FDA por ser cuidadosa en sus inspecciones y suspender la producción, recomendando la incineración de las dosis”, subrayó. La FDA no dio cifras de cómo afectó el problema de la factoría, que también fabricaba vacunas para AstraZeneca, aunque la prensa estadounidense calculó que se tuvieron que desechar unas 60 millones de dosis. EFE