Este año se duplicó la producción de cebolla con alrededor de 1.700 hectáreas cultivadas. Sin embargo, al momento de comercializar, los horticultores encuentran barreras, no solo por la mayor oferta nacional, sino también por el ingreso de contrabando.
El productor de La Colmena, Departamento de Paraguarí, mencionó que últimamente fueron mejorando los resultados de la lucha anticontrabando, principalmente con la papa, pero que lamentablemente nada será suficiente para compensar la pérdida de la producción de cebolla.
“Es un fracaso la campaña de cebolla porque ya no se va a comercializar a buen precio, dentro de poco los importadores se van a quejar de la calidad y va a pedir Afidi (Acreditación Fitosanitaria de Importación)”, se quejó.
En cuanto a la calidad, detalló que podría verse afectada desde mediados de noviembre por factores climáticos, aunque la disponibilidad de producción nacional se extenderá hasta fin de año.
Superproducción. Las buenas ventas del año pasado ante la ausencia de cebolla de contrabando, a raíz del estricto cierre de las fronteras para controlar la pandemia, animaron a los horticultores a aumentar su área de cultivo, quienes junto con nuevos agricultores del rubro y empresarios con mayor recursos para inversión, alcanzaron 1.500 hectáreas, prácticamente el doble del 2020.