Las perspectivas agroclimáticas para la campaña sojera 2021-2022 apuntan a un ambiente muy seco entre diciembre y enero, lo que dificultará tener altos rendimientos. Los productores que implementan la siembra directa serán los menos golpeados.
La Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) presentó ayer las proyecciones climáticas y su efecto en la agricultura. El asesor Eduardo Sierra explicó que de acuerdo con los últimos datos, no habrá una gran sequía temida por la llegada del fenómeno La Niña, pero afirmó que sí faltará agua en determinadas etapas del desarrollo de las plantas.
Se seguirán observando lluvia en octubre, pero cada zona tiene un comportamiento diferente.
Entre los departamentos del Norte del país, Concepción tendrá una acumulación de agua más pareja, Amambay tendrá episodios de muy altas temperaturas; en Canindeyú se prevén iguales niveles de lluvias y temperaturas, pero en algunos periodos la humedad será insuficiente, en tanto que San Pedro tendrá el mayor impacto de la sequía desde finales de diciembre o principios de enero de 2022.
La misma tendencia se observa para Caaguazú. En el caso de Alto Paraná e Itapúa, que concentran más del 40% del área de siembra, se vieron más favorecidos por las últimas lluvias y seguirán manteniendo un buen nivel de humedad hasta noviembre, pero al igual que las demás superficies, el clima seco se irá acercando a fin de año.
Teniendo en cuenta estas advertencias, el técnico de Capeco, Luis Cubilla, destacó que habrá un buen desempeño en el sureste del país, donde la siembra ya empezó, ya que además la cosecha temprana coincidirá con un adecuado clima seco, que sin embargo, perjudicará a los cultivos que aún estén en etapa de desarrollo. “Los que siembran en octubre, van a tener problema de sequía importante y falta de humedad en el suelo. Ahí sí vamos a tener pérdidas evidentemente”, indicó.
Desde el punto de vista de la productividad, Cubilla comentó que este panorama en general es complicado y al respecto ve difícil que se puedan lograr altos rendimientos. Según el gremio, el promedio de los últimos cinco años es de 2.790 kilos por hectárea.
Su recomendación es que los productores puedan analizar los elementos agroclimáticos presentados y se centren en sus zonas para elegir el mejor momento para una siembra oportuna. Agregó que quienes apuesten a la siembra directa serán los grandes beneficiados porque podrán mantener por más tiempo la humedad con una cobertura de suelo. Otra ventaja es que esta práctica justamente está más extendida en los departamentos más productivos del país.
LA CIFRA
3,7 millones de hectáreas es la expectativa de siembra de soja para la campaña sojera 2021-2022 que arrancó este mes.