17 jun. 2025

Científicos tratan de adivinar las intenciones de la gente

En un laboratorio alemán, un grupo de voluntarios ingresa a una máquina de ecografías en forma de aro y realiza tareas sencillas, como decidir si suma o resta dos números, o elegir qué botones apretar

No saben que en la sala contigua hay científicos tratando de leer sus mentes, analizando las ecografías con el fin de adivinar sus intenciones antes de que las lleven a la práctica.

En el pasado, los científicos lograron anticipar decisiones relacionadas con movimientos físicos. Pero investigadores del Centro Bernstein para Neurociencia Computacional dicen que consiguieron anticipar por primera vez decisiones sobre actividades mentales más complejas, como sumar o restar.

Si bien están dando los primeros pasos en esta investigación, las técnicas que están desarrollando podrían ser muy útiles en una cantidad de campos, desde investigaciones policiales hasta registros en los aeropuertos. Pero podrían generar denuncias de que se prestaría a abusos de parte de autoridades, comerciantes o patrones.

Tanja Steinbach, estudiante de Leipzig de 21 años que participó en el experimento, dijo que le pareció medio alucinante pero que no le preocupaban las implicaciones que pudiera tener en las libertades civiles.

''Es bastante estrafalario’’, manifestó. ''Pero esto se puede hacer solo si tienen a mano ciertas máquinas, de modo que no temo que todo el mundo me pueda leer la mente en la calle’’.

Los investigadores han usado ecografías para identificar ciertos tipos de actividad en el cerebro y científicos estadounidenses diseñaron hace poco una máquina que detecta mentiras en base a ecografías.

Pero expertos ajenos al experimento dicen que la investigación del Centro Bernstein es revolucionaria.

''El que podamos determinar las intenciones de una persona le da otra dimensión a nuestra comprensión del pensamiento subjetivo’’, expresó el doctor Paul Wolpe, profesor de psicología en la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, quien no está vinculado al estudio.

La investigación comenzó en julio del 2005 y tuvo un alcance limitado. Hasta ahora fueron estudiadas solamente 21 personas. Y la tasa de aciertos del 71% es apenas un 20% superior a la de la intuición.

De todos modo, el estudio dirigido por el doctor John-Dylan Haynes ha recibido mucha atención.

''El experimento de Haynes abre nuevas posibilidades de predecir comportamientos’’, declaró el doctor Todd Braver, profesor adjunto de psicología en la Universidad de Washington y quien tampoco está relacionado con el estudio.

''Se siguen derribando barreras que se creía complicaban las posibilidades de leer la mente’’, agregó.

En un experimento, se le pidió a los participantes que sumasen o restasen un número segundos antes de que apareciesen los números en una pantalla. En el pequeño lapso que pasó, una computadora tomó imágenes de las ondas cerebrales para pronosticar la decisión que tomará la persona. Un patrón daba a entender que habría una suma, otro pronosticaba una resta.

El equipo de Haynes trató de identificar qué parte del cerebro almacena las intenciones. Y descubrió que lo hace la región de la corteza prefrontal, donde las ecografías detectaron un aumento en la actividad cuando a la persona se le daba a elegir.

Acto seguido estudiaron qué tipo de patrones pueden ser asociados con las intenciones.

''Si uno sabe qué signos buscar, en teoría podrá predecir con más detalles lo que la gente va a hacer en el futuro’’, señaló Haynes.

Por el momento, el proceso de adivinar las intenciones es muy complejo y no hay posibilidades de que los científicos puedan leerle la mente a una persona sin que se dé cuenta. En el estudio, por otra parte, los participantes tuvieron que elegir entre dos alternativas, mientras que en la vida real, cuando uno toma una decisión hay una cantidad infinita de variantes posibles.

Pero los progresos logrados por los científicos son tales que ponen nerviosos a expertos en cuestiones éticas, alarmados de que la ciencia no sólo sepa las regiones donde se generan ciertos pensamientos, sino que también pueda identificar el contenido de esos pensamientos.

''Por primera vez, la tecnología ofrece posibilidades reales de llegar a la fuente y ver lo que una persona piensa o siente, sin que la persona pueda impedirlo’’, afirmó el doctor Hank Greely, director del Centro para la Ley y las Biociencias de la Universidad estadounidense de Stanford.

''Esto podría afectar seriamente la noción de que uno puede guardarse sus pensamientos’’, añadió.

Defensores de las libertades civiles temen que estas tecnologías sean aplicadas para tomar medidas de seguridad preventivas y lleven a las autoridades a actuar antes de que se cometa un delito.

''Hay que empezar a pensar hasta dónde queremos llegar en el uso de esta tecnología’’, afirmó Wolpe. AP