01 dic. 2025

César para Ilusiones perdidas en gala del cine francés

Ilusiones perdidas, adaptación de una novela de Balzac, ganó el César a la Mejor Película en la gala del cine francés, que transcurrió sin escándalos ni grandes proclamas políticas, excepto la denuncia de la invasión en Ucrania.

“No vamos a cambiar el mundo, no somos los más indicados para dar lecciones”, reconoció el maestro de ceremonias, el actor y escritor Antoine de Caunes, al inicio de la gala en la parisina sala Olympia.

“Esta noche pensamos en los ucranianos. Estemos a la altura de la suerte que ellos no tienen”, pidió.

Otros premiados tuvieron también palabras para el pueblo ucraniano en plena invasión rusa, pero de forma contenida, en comparación con el desnudo integral que protagonizó una actriz el año pasado, o las críticas que desató hace dos años el premio concedido a Roman Polanski, un director denostado por las feministas.

Se trataba ante todo de recuperar el favor del público, ante la caída de audiencia registrada el año pasado, cuando solamente 1,6 millones de franceses vieron la gala.

El sector cinematográfico francés, aunque sigue rodando y estrenando películas, sufrió como el resto del mundo el cierre de salas durante la pandemia, y una caída de ingresos sustancial.

Como mejor director la Academia francesa premió a Leo Carax, por la ópera-rock Annette. El César a la mejor actriz fue para Valérie Lemercier, por una seudobiografía fílmica de la cantante canadiense Céline Dion. El de mejor actor recayó en Benoît Magimel, por su rol de un enfermo terminal en De son vivant.

Una actriz no profesional, Aissatou Diallo Sagna, ganó el premio a la mejor secundaria por su papel de una enfermera en La Fracture.

El filme. Ilusiones perdidas, del director Xavier Giannoli, de 49 años, fue una cinta que se sobrepuso a todos los obstáculos. Más de 870.000 personas vieron la película, un retrato ácido de los inicios de la prensa en París, en pleno siglo XIX

En la historia, Lucien es un joven poeta en la Francia del siglo XIX. Abandona su provincia natal y el negocio familiar para probar suerte en París. Abandonado a su suerte en la fabulosa ciudad, el joven va a descubrir las bambalinas de un mundo regido por el lucro y las apariencias. Una comedia humana en la que todo se compra y se vende, la literatura como la prensa, la política como los sentimientos, la fama con las almas.

La película cumplió buena parte de los pronósticos y se llevó siete Césares, aunque Giannoli no se presentó. AFP