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RÍO DE JANEIRO - BRASIL
Esta semana, el candidato ultraderechista Jair Bolsonaro dijo que la presidencia de Brasil estaba al alcance, pero solo un día después tuvo que negar que cayó en las mismas artimañas de las que acusó a sus rivales de izquierda.
A pesar de haber incrementado su ventaja en los sondeos sobre Fernando Haddad, el candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), Bolsonaro se vio obligado a negar las acusaciones del ex alcalde de São Paulo de que había pedido fondos a empresarios para financiar la difusión de noticias falsas a través de WhatsApp, violando las leyes de campaña.
El PT presentó una queja oficial ante el tribunal electoral pidiendo una investigación, inyectando una dosis de incertidumbre en una carrera electoral que se ha visto cada vez más unilateral en las últimas semanas.
Bolsonaro capitalizó el descontento generado por años de corrupción y una creciente violencia en las calles, acusando al PT, que gobernó Brasil durante 13 de los últimos 15 años, de destruir el país y matar su economía.
El diputado por Río de Janeiro ganó simpatizantes gracias a una carrera política de tres décadas en la que no fue acusado de corrupción. No obstante, su principal asesor económico está siendo investigado por fiscales federales por acusaciones de fraude vinculadas a los fondos de pensiones de empresas estatales, lo que destaca la magnitud de la descomposición del panorama político de Brasil.
CONTRA LA JUSTICIA. Fernando Haddad, el candidato socialista a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil, afirmó que la Justicia optó por guardar silencio y la prensa se dio por vencida ante la grave denuncia de fraude electoral que surgió contra su rival, el ultraderechista Jair Bolsonaro. “Para mi sorpresa, el Tribunal Electoral, que llegó a amenazar con anular las elecciones en caso de que fuesen afectadas por la divulgación de falsas noticias en las redes, guarda ahora un silencio absoluto”, afirmó Haddad en un encuentro con ingenieros en Río de Janeiro.
El ex ministro de Educación hizo referencia a la denuncia hecha por el diario Folha de São Paulo según la cual un grupo de empresarios está financiando ilegalmente una red criminal que envía millones de mensajes mentirosos por WhatsApp que benefician las aspiraciones de Bolsonaro, el favorito a vencer las elecciones. Según juristas, esa práctica es ilegal, pues se trata de donación de campaña de empresas, lo que es prohibido por la legislación electoral, y, de ser comprobada, la candidatura de Bolsonaro puede ser inhabilitada por abuso de poder económico y crimen electoral.