19 ago. 2025

Camino a Roma

Una inédita muestra en el país nos acerca al pasado, a un rincón del Imperio Romano situado en la Serbia actual. En el Centro Cultural El Cabildo, artefactos, bustos de emperadores y maquetas nos revelan una parte de lo que era la vida en la región de los Balcanes bajo dominación romana. Una exposición imperdible.

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Revista Vida

Foto: Fernando Franceschelli

Las puertas del viejo Cabildo son también hoy el acceso a un mundo lejano en el tiempo y en la geografía, pero muy cercano a nuestra cultura y a la formación de nuestra identidad. El decimonónico edificio alberga, hasta el próximo 15 de enero, a la muestra Viminacium, el Itinerario de los Emperadores Romanos en Serbia, que ofrece un viaje al alcance de la mano de los asuncenos.
Nos suele pasar que cuando nos referimos al Imperio Romano nos olvidamos de que no se limitaba solo a Roma o a la península itálica, sino que se extendía mucho más allá, abarcando los cuatro puntos cardinales de la mayor parte del mundo conocido. Por ejemplo, hasta Europa del Este, en lo que en la antigüedad se conocía como Moesia Superior y Panonia Inferior, donde actualmente está Serbia. Y la gran novedad es que de esta región salieron 18 emperadores.
En la exposición se pueden apreciar los bustos de los emperadores romanos que nacieron en territorio de lo que actualmente es Serbia. Entre ellos se destaca el célebre Constantino, fundador de Constantinopla (hoy Estambul, Turquía), quien consagró al cristianismo como religión oficial del imperio.
Monedas de bronce, joyas y utensilios de cerámica complementan la muestra, en la que se destaca la maqueta de la ciudad de Viminacium (que le da el nombre a la exposición) y el campamento de legionarios romanos, en la época de mayor expansión del asentamiento imperial. En una pantalla se exhiben datos complementarios sobre la colección y su procedencia.
Los objetos expuestos son réplicas originales y artísticas, lo que significa que fueron hechas con especial esmero por artistas, con la finalidad de que reproduzcan lo más fielmente posible a los originales de piedra, de mármol y de bronce encontrados en Viminacium.
Lo mismo ocurre con las vasijas de cerámica, cuyas reproducciones están confeccionadas con el mismo material, estilo y técnica usados en los originales. En algunos de estos artefactos, los visitantes sirvieron platos típicos de la época, durante la noche de inauguración de la muestra.
Gran urbe
Viminacium era un municipium, categoría muy alta dentro del Imperio Romano. Los restos de lo que fue este asentamiento humano se encuentran en las cercanías de la ciudad serbia de Kostolac. En la actualidad, este es también un importante sitio arqueológico.
Los núcleos urbanos más importantes contaban con anfiteatro, puesto militar, templos, mansiones de lujo, acueductos, canales de irrigación, caminos pavimentados con piedra. Viminacium era el nudo entre Oriente y Occidente, ya que estaba ubicada sobre el Danubio, que era navegable desde Alemania y constituía una ruta muy importante para llegar a Constantinopla.
La exhibición forma parte de una muestra itinerante en la que inicialmente Asunción no estaba incluida entre las ciudades a ser visitadas, pero las buenas relaciones entre la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción y la Universidad Megatrend de Belgrado propiciaron que nuestro país fuese incorporado en el recorrido.
El sacerdote salesiano José Zanardini, antropólogo y director del Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica (Ceaduc), explica que entre esa casa de estudios y la serbia existe un convenio de cooperación cultural, en cuyo marco se produjo en 2014 la visita del rector de la universidad europea, Slobodan Pajović —un experto en Latinoamérica—, quien ofreció conferencias en Asunción.
“El propio Pajović fue quien nos propuso que nuestra capital también acogiera la muestra. Nos avisó a finales de noviembre pasado y teníamos poco tiempo para organizar la venida”, señala Zanardini.
Hasta el 13 de diciembre la exposición estuvo en Buenos Aires. Antes había pasado por ciudades como Roma, Milán, Londres, Washington, Los Ángeles, Chicago, Nueva York, por citar a las más importantes. Después de Asunción viajará a otras capitales sudamericanas, como Santiago de Chile y Brasilia, luego de lo cual enfilará hacia la India, a su capital, Nueva Delhi.
“El rector nos preguntó si estábamos en condiciones de recibir la exhibición. No sabíamos cómo hacer y empezamos a buscar alianzas con otras instituciones, sobre todo para conseguir un espacio adecuado. Hablamos con Margarita Morselli, del Cabildo, también con la embajadora de Italia, Antonella Cavallari, y la ministra de Cultura, Mabel Causarano, quienes se interesaron y nos apoyaron”, relata.
El religioso destaca que esta es una exposición que le confiere un gran prestigio al Paraguay, un país a menudo olvidado en este tipo de iniciativas culturales. Zanardini afirma que la llegada de la muestra itinerante se concretó gracias a la buena voluntad de las instituciones citadas.
La delegación fue encabezada por el profesor Miomir Korać, una eminencia en el mundo de la arqueología y el director de las excavaciones de Viminacium, quien llegó acompañado por dos arqueólogos y una arqueóloga. Los profesionales llegaron dos días antes de la apertura y dirigieron el armado de la exposición. Korać presidió la inauguración.
La Cancillería de Serbia se encargó de todos los gastos de la exposición en el mundo, y también en nuestro país, cubriendo los gastos de transporte y estadía. “En Paraguay no les pagamos nada, solo les invitamos tereré y les regalamos una guampa con bombilla de recuerdo”, bromea el sacerdote.
Herencia
¿Es importante para el paraguayo echar una mirada al pasado romano de un rincón de Europa del Este? Zanardini responde que sí y recuerda que los habitantes de este país somos la amalgama de dos pueblos, uno indígena, los guaraníes; y otro europeo, los españoles, que a su vez son descendientes de los hispanorromanos, una mezcla de latinos con parcialidades aborígenes de lo que hoy es España.
El salesiano añade que a Roma le debemos también nuestro idioma, la base de nuestro ordenamiento jurídico —el derecho romano—, las instituciones republicanas, el estilo de vida, parte de nuestros hábitos de alimentación y de los ingredientes culinarios.
“Paraguay es hijo de Roma”, asegura Zanardini y agrega que al observar un aspecto de la vida de los antiguos romanos también estamos viendo una porción importante de nuestra cultura, la que nos trajeron nuestros ancestros europeos. Visitar la muestra es sumergirse en nuestro propio pasado.

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PARA VISITAS

La exposición Viminacium (El imperio romano en Serbia) puede apreciarse de 9.00 a 20.00, de martes a viernes, y de 9.00 a 17.30, los sábados, domingos y feriados, hasta el 15 de enero, en el Centro Cultural de la República El Cabildo (Avenida de la República y Chile).