En Paraguay, se estima que 436.419 niñas, niños y adolescentes realizan trabajo infantil y hay 141 investigaciones fiscales en curso sobre la trata de personas, de acuerdo con cifras del Ministerio de la Niñez (Minna) y el Ministerio Público.
Como muestra para las capacitaciones y el trabajo de campo, se tomaron siete zonas; Boquerón, Caaguazú, Ñeembucú, Itapúa y Guairá. Además, incluyeron la capital y Central, debido a que son las áreas con mayor población en la actualidad.
“Nosotros queremos fortalecer a las instituciones públicas para contrarrestar estos flagelos que aquejan a la sociedad hoy. Buscamos trabajar no solamente desde lo central de las instituciones, sino en el interior, con las oficinas descentralizadas”, comentó Andrea Ingolotti, directora del programa.
ESTRATEGIAS. Para que el proyecto tenga mayor alcance, decidieron buscar otras salidas junto a las capacitaciones de técnicos. Lanzaron materiales didácticos, una biblioteca digital y emprendieron talleres y teatros dirigidos a los adolescentes.
“Llegamos a un montón de colegios públicos con estas jornadas donde participaron más de 1.400 adolescentes, estudiantes, porque cualquiera puede ser víctima de uno de estos tres problemas”, aseguró Ingolotti.
Sobre los territorios escogidos, indicó que fueron seleccionados por estar en límite con otros países o con departamentos de mayor tránsito, donde son más casuales los casos de trabajo forzado o de trabajo infantil.
“Hay movimientos o actividades económicas también donde las poblaciones son más vulnerables en caer en estas problemáticas”, agregó la especialista.
En los talleres se abordan todos los signos de alarma que deben tener en cuenta los jóvenes y las personas en general para no caer en trata o en trabajo infantil o forzoso.
En cuanto a la dificultad de trabajar con entidades gubernamentales, Ingolotti destacó que cuesta cuando los cambios de funcionarios técnicos son constantes y dependen de cada autoridad que asuma. “Es capacitar desde cero nuevamente a la gente”.