02 may. 2025

Bochornosa pelea relega los grandes desafíos en educación

La telenovelesca disputa desatada entre el ministro de Educación Eduardo Petta y su viceministra Nancy Ovelar demuestra que en la clase política se sigue poniendo en primer lugar las ambiciones personales por sobre los intereses del país. La bochornosa pelea hace que las necesidades del sector educativo tengan que seguir esperando, con 5.668 escuelas que tienen problemas de infraestructura edilicia, con 9 de cada 10 alumnos que no logran aprender bien y con 12.000 chicos escolares afectados por la inundación. Urge superar el conflicto y avanzar de una vez en la reforma educativa.

Como si la crisis que se viene arrastrando en el sector de la educación en el país no fuese lo suficientemente grave, sus principales autoridades, el ministro de Educación Eduardo Petta y la viceministra Nancy Ovelar, iniciaron una agria disputa pública a través de los medios de comunicación, demostrando que les resultará muy difícil trabajar juntos en atender los muchos desafíos que existen.

Un análisis de lo ocurrido demuestra que el conflicto viene desde antes de que asuma el actual gobierno, cuando distintos sectores internos aspiraban a manejar la cartera de Educación y Ciencias. El presidente dela República, Mario Abdo Benítez, optó por unir a dos grupos distintos, nombrando como ministro al ex senador Eduardo Petta y como viceministra a la educadora Nancy Ovelar, hermana de la senadora colorada y ex ministra Blanca Ovelar, pero evidentemente no lograron trabajar juntos y acabaron enfrentados.

La disputa se inició cuando el ex fiscal José Casañas Levi, a quien el ministro Petta nombró al frente de una Dirección de Anticorrupción, incluyó entre sus investigados a José Gorostiaga, esposo de la viceministra Ovelar, por ser dueño de una consultora que realiza trabajos de fiscalización a obras del MEC y a la vez ser docente con rubros del Estado.

El conflicto derivó en la publicación de presuntas irregularidades cometidas por el ministro Petta al designar a personas de su entorno familiar en la Secretaría de Estado, cuya divulgación Petta atribuyó a Ovelar como parte de una presunta maniobra para desprestigiar su labor y sacarlo del cargo. A partir de allí, ambas autoridades intercambiaron acusaciones cada vez más fuertes a través de los medios.

La telenovelesca pelea desatada entre el ministro Eduardo Petta y su viceministra Nancy Ovelar demuestra que la clase política sigue poniendo en primer lugar las ambiciones personales por sobre los intereses del país. La bochornosa situación solo hace que las múltiples necesidades tengan que seguir esperando, cuando aproximadamente un millón de jóvenes de 15 a 29 años están fuera del sistema educativo, unos 150.000 niños y niñas se encuentran en riesgo de dejar la escuela cada año, existe un 60% de deserción escolar en la Educación Media, hay 5.668 escuelas que tienen problemas de infraestructura edilicia, 9 de cada 10 alumnos que no logran aprender bien y además unos 12.000 chicos escolares están afectados por la actual inundación, según datos del propio MEC, de Unicef y de la organización Investigación para el Desarrollo.

Ante este lamentable panorama, urge superar el conflicto que hoy enfrenta a las principales autoridades del sector y avanzar de una vez en la reforma educativa.

La educación no puede seguir esperando. Hay que pasar del discurso ala acción y darle el lugar preponderante que debe tener.