Por Patricia Cañete
patriciac@uhora.com.py
La lucha continúa. Hay un antes y un después de Anita con relación a la donación de órganos en Paraguay y de eso están seguros sus padres, Eugenio Almirón y María Elena Riquelme, que junto a su pequeña Milagros, de 3 años, intentan sobrellevar la ausencia física de la niña que durante casi dos años esperó un trasplante de corazón, tiempo en que su lucha fue conocida por mucha gente que acompañó a la familia en la difusión de la necesidad de la donación de órganos.
Anita se fue el pasado 10 de abril y su partida generó una revolución en el sistema sanitario ante el auge de donantes y familias que tomaron la decisión de acceder a la ablación de órganos pese al dolor de la pérdida de un ser querido.
“Es un consuelo porque es difícil , pero nos sirve de mucho escuchar el testimonio de la gente; entonces podemos creer que hay un antes y un después. Anita creó más conciencia y eso nos ayuda a so- brellevar su partida”, afirmó Eugenio Almirón.
Juntos en su casa de Mariano Roque Alonso la familia ahora apunta a sobrellevar la pérdida de la primera hija después de mantener su fe en la esperanza de que Anita sane y pueda llevar una vida normal. Sin embargo, ella partió y desde entonces se dieron sucesivos trasplantes cardiacos, dos en niños como ella, Josías y Brian. Esta situación genera sentimientos encontrados en la familia que no deja de celebrar cada trasplante como un milagro.
“Con cada trasplante que surge tenemos sentimientos encontrados porque nos preguntamos cómo es que con nosotros no se pudo; ella se fue y ahora se pueden tantos. Nos ponemos muy contentos con los chicos que lograron eso y tratamos de darles fuerza a los padres porque nosotros pasamos por lo mismo”, manifestó María Elena Riquelme, mamá de Anita.
Recordó que Anita se fue un día miércoles y para la siguiente semana fueron trasplantados Josías y Brian. “Los dos niños fueron trasplantados en una semana. Esto estaba escrito, para eso vino ella”, agrega convencida.
“Es una lástima que Anita tuvo que cerrar sus ojitos para que la gente abra de otra manera los ojos, la mente y el corazón frente a una decisión que sabemos no es fácil”, expresó Eugenio. Tal es así que un año atrás cuando la pequeña ingresó a terapia sabiendo los riesgos y la posibilidad de un desenlace negativo, decidieron donar sus córneas.
“En todo momento esperamos que ella sane y no queríamos que llegue a la cirugía. Ella nos decía siempre: ‘mi corazoncito se va a curar’ y esa era nuestra fe”, destacó el padre.
Eugenio y María Elena destacan el apoyo que siguen recibiendo de las personas que se comunican con ellos contando que soñaron a la pequeña corriendo, bailando, lo que significa mucho ya que era lo que querían para Anita.
“Estamos seguros que está así porque le encantaba hacer eso antes del diagnóstico ya que después de enfermarse cayó esa posibilidad. Es una victoria dolorosa, sabemos que está bien donde está, eso queremos creer y que ya se encontró con otros seres queridos que se fueron antes”, indicó.
“Agradecemos toda la ayuda que recibió Anita durante su lucha y queremos aclarar que nunca recibimos ayuda alguna del Congreso como declaró Víctor Bogado (presidente de la Cámara de Diputados). Tampoco se concreta hasta ahora la compra del corazón artificial. Hay mucho por hacer, evidentemente algo no está funcionando como debe”, puntualizó el papá.
“FALTAN MÁS PROCURADORES”
María Elena Riquelme afirmó que ahora tienen la intención de capacitarse como procuradores de órganos, que son las personas que dialogan con los familiares de los pacientes con muerte cerebral que se convierten en potenciales donantes de órganos.
“Son pocas las personas que se dedican a eso, faltan más procuradores de órganos y que sea una realidad en todos los hospitales para que no se pierdan los donantes”, afirmó la madre.
“Nos gustaría capacitarnos y formar parte del equipo de procuración para que haya más oportunidades de donación. Nosotros seguimos en la lucha y vemos en esta una oportunidad de seguir ayudando desde donde estamos”, reflexionó María Elena.
Afirmó que con la experiencia vivida creen poder ser de utilidad para dialogar con las familias que perdieron a un ser querido.
FRASES
Con cada trasplante tenemos sentimientos encontrados porque cómo es que con nosotros no se pudo. Ella se fue y ahora se pueden tantos.
“Ella nos decía siempre: ‘mi corazoncito se va a curar’ y esa fue siempre nuestra fe”.