Sanz, uno de los padrinos de Rock in Río, realizó en su actuación en el festival un recorrido por los principales temas de su más reciente discografía, que fueron vitoreados por un público entregado que sin embargo esperaba aún espectante la llegada del reunificado trío británico, plato fuerte de la jornada.

El cantante Alejandro Sanz, durante su actuación hoy en el Festival Rock in Río que se celebra en la ‘Ciudad del Rock’ de la localidad madrileña de Arganda del Rey. EFE | Ampliar imagen
Alejandro abrió con “El tren de los momentos”, que dio título a su último trabajo, pero no se olvidó de los temas que sabía harían cantar y moverse al personal, como “Corazón Partío”, “Y si fuera ella”, “Amiga mía” y “Te lo agradezco pero no”.
Tampoco ha querido dejar pasar la oportunidad de dedicar la canción “El alma al aire” a “los hermanos colombianos”, para celebrar “las buenas noticias” de la liberación de la ex candidata a la presidencia de Colombia Ingrid Betancourt y otros 14 rehenes secuestrados por las FARC.
“Flamenco All Stars”, la suma de talentos de Antonio Carmona, Rosario Flores, Pitingo y “La Negra”, conformó un espectáculo ideado expresamente para Rock in Río y abrió la jornada en el escenario principal, el Escenario Mundo, donde luego recogieron su testigo Estopa y Alejandro Sanz, cuyas respectivas propuestas musicales están en parte relacionadas con el género.
Propuesta muy diferente la del escenario Hot Stage, que a lo largo de la tarde y la noche presentó las actuaciones de Suzanne Vega, el italiano Zucchero y los debutantes The Cabriolets, la banda de la modelo Bimba Bosé que presentó en directo los temas del que será su disco de debut -"Demo"-.
Los hermanos Jose y David Muñoz, Estopa, ofrecieron en la “Ciudad del rock” uno de los primeros conciertos de su gira “Allenrok”, en el que reconocieron no estar acostumbrados a tocar a plena luz del día ni ver las caras de su público.
Tampoco suelen condensar su repertorio en tan solo una hora de recital, que inauguró “Cuando amanece” y terminó “Como Camarón”, tema imprescindible en todas sus actuaciones.
Un popurrí con lo mejor de sus primeros éxitos -"La raja de tu falda” o “El del medio de los chichos"- resolvió la falta de tiempo de los de Cornellá en los bises.
La de “Flamenco All Stars” fue una tarde de fusión en la que se unieron cuatro propuestas distintas para un lenguaje común: el del mestizaje como búsqueda de nuevas vías para el flamenco. Carmona, Flores, Pitingo y “La Negra” se despidieron unidos interpretando el tema “Silencio” después de haber actuado en solitario en el Escenario Mundo.
Piel gitana y chaleco y pantalones pitillo blancos definen la propuesta de Pitingo, quien en lo musical derrochó resuelta “soulería” con su particular visión de referentes anglosajones como el “I will survive” de Gloria Gaynor o el “Killing me softly” de Roberta Flack, acompañado de un coro gospel y otro gitano.
Tras él llegó venenoso como su disco en solitario el ex Ketama Antonio Carmona, en cuya intervención hubo espacio para un guiño a la ciudad y a su antiguo grupo con “Vente pa’ Madrid”, mientras que una eléctrica Rosario se encargó de recordar que flamenco forma parte de su apellido recuperando el “Como me la maravillaría yo” de su madre Lola Flores, que incluye en su último lanzamiento, el disco de versiones “Parte de mí".
La rumba, palo en el que brilló su padre Antonio González, “El pescaílla”, sonó en “Queremos marcha”, y fue el “No dudaría” de su hermano Antonio, que Rosario compartió emocionada y de principio a fin con a los miles de personas presentes, el que cerró su breve recital.
Nacida en Elche pero cordobesa de adopción, la cantante y compositora Amparo Vélez, conocida como “La Negra”, viaja con su voz al tango y a la música brasileña en su homónimo disco de debut, producido por Javier Limón -artífice del “Lágrimas negras” de Chucho Valdés y El Cigala y auténtico renovador del género-, y fue la encargada de dar comienzo este espectáculo.