Carlos Elbo Morales
Una alianza de cuidado. Con las altas temperaturas, se hace todo lo posible para pasar la mayor parte del tiempo en un ambiente fresco. Sin embargo, en algún momento del día hay que salir a la calle. El cambio brusco puede resultar perjudicial, sobre todo para las personas con afecciones cardiacas. Así lo explica el Dr. Felipe González, director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram).
Añade que la temperatura fría genera una ligera vasoconstricción de todo el árbol vascular. Al enfrentar temperaturas superiores, hay una dilatación de estas arterias. Esta situación genera una caída importante de la presión.
“Esa caída suele darse en pacientes con algún compromiso coronario y también encefálico. Vemos más casos de accidentes cerebrovasculares en esos periodos”, refiere.
PREVENCIÓN. El titular del Ineram aconseja estar permanentemente hidratados. “Tienen que consumir mucho líquido, por lo menos dos litros diarios. Sobre todo los pacientes que están ingiriendo drogas cardiovasculares, que llevan a una disminución de la presión”.
El profesional señala además que cualquier persona no tiene mayor inconveniente para enfrenar el cambio brusco de temperatura. “Son los que están siendo tratados con esos medicamentos quienes deben guardar un mayor cuidado”. Insta a mantener la temperatura entre 22 y 24 grados.
Hace hincapié en la importancia del mantenimiento de los equipos de aire acondicionado. Sobre todo en lo referente a limpieza de filtros, ya que en esta parte del aparato se acumulan bacterias que pueden generar dificultades en la respiración. Este riesgo es mayor en los que son utilizados en hospitales. Aunque en menor medida, el problema también está presente en equipos que se utilizan en el hogar.