Señalan que las inconductas propias de la política criolla no están atadas a la suerte de la Constitución.
El liberal Carlos Mateo Balmelli, quien fue uno de los convencionales constituyentes, rol al que llegó teniendo 30 años, consideró que la Constitución no tiene la culpa de los excesos en los que caen actualmente los políticos y la clase dirigencial.
“A 28 años del aniversario de la Constitución, algunos quieren que ella sea una especie de chivo expiatorio y que cargue con los males de nuestra democracia. Ni la impunidad ni la corrupción son culpa de la Constitución”, sostuvo tajante.
Recordó que nuestra ley madre “era criticada porque respondía al pasado, pero las constituciones del mundo son buenas hijas de su tiempo”. Agregó que la CN “intrínsecamente es buena, es apta”´ y culpó a los actores políticos de prostituirla.
Recordó el caso ocurrido la semana pasada cuando diputados de los partidos tradicionales enviaron “una sugerencia” al Poder Judicial, aludiendo al intento de frenar la publicación de las Declaraciones Juradas de Bienes y Rentas. Mateo rechazó que el legislativo tenga entre “sus funciones tanto implícitas o explícitas” tal injerencia.
Consideró que “a la luz de algunos hechos y pasados los años, se podría ajustar la Constitución”. Aplazó la descentralización, la figura del vicepresidente y agregó que se debe revisar la bicameralidad del Parlamento, así como el sistema electoral para dotar al ciudadano de mayor poder para elegir.
Mateo Balmelli ocupó una banca como convencional junto con connotadas figuras del PLRA como Evelio Fernández Arévalos, Rodrigo Campos Cervera, Federico Callizo, entre otros.
Otro que fue consultado ayer por ÚH sobre la Constitución a propósito de su aniversario de promulgación es el ex senador colorado Hugo Estigarribia. El mismo consideró que “la Constitución que rige actualmente es ante todo una Constitución que cambió la historia autoritaria del Paraguay y marca un cambio radical en la historia institucional”.
Agregó que los resortes constitucionales para frenar la norma que imperaba en la dictadura stronista se notan en la iniciativa de dotar de “mucho poder al Congreso”.
En cuanto al freno al autoritarismo y la dictadura, Estigarribia describe que además en esta Constitución se “elimina la posibilidad de gobernar por decreto”.
El constitucionalista rescata además que bajo el principio de no reelección presidencial hubo un papel de la representación política, que ha frenado intentos de enmienda para la reelección. Calificó la actual Constitución como “la más completa que hemos tenido y que su contribución principal ha sido la de establecer y equilibrar las prerrogativas de los dos poderes políticos del Estado, Legislativo y Ejecutivo”.
Pese a que en cada periodo hablan de la necesidad de reformar la Constitución, la misma solo tuvo una enmienda.
Es una Constitución que cambió la historia autoritaria del Paraguay y marca un cambio radical en la historia institucional.
Hugo Estigarribia,
ex senador colorado.
La Constitución intrínsicamente es buena, es apta, y son los actores los responsables de sus actos y buscan un chivo expiatorio.
Carlos Mateo Balmelli,
ex constituyente de 1992.